En 2023 se cumplen 400 años de la aparición del primer compendio del equivalente de la obra completa de William Shakespeare. Se trata de uno de los grandes acontecimientos del teatro internacional para el próximo año y aniversario ante el que tienen grandes expectativas los entusiastas del fenómeno cultural que representa la obra del dramaturgo inglés. Sin la publicación de dicho compendio, quizá se habrían perdido en el tiempo ciertas obras fundamentales de Shakespeare. Para Alfredo Michel Modenessi, traductor, catedrático de la UNAM, integrante del comité de la International Shakespeare Association y único miembro de Hispanoamérica que tiene la International Shakespeare Conference, la celebración del próximo año tiene tal relevancia porque representa un primer compendio editorial, en un momento donde el libro estaba transitando al formato físico de la actualidad.
En 1616, año de la muerte del dramaturgo, amigos, actores y compañeros del autor de Hamlet empiezan a recopilar todos los libretos que tenían de Shakespeare, con el objetivo de “hacer un proyecto que vendiera. El compendio costaba una libra, lo cual, entonces, representaba una alta suma de dinero. En la portada del llamado folio de 1623 se encuentra la imagen clásica de Shakespeare, la famosa portada; se le llama folio porque es el tamaño completo de una página de la época”.
El folio, abunda Michel Modenessi, no es estrictamente lo que en la actualidad conocemos como una edición. “Este compendio apareció en el umbral entre el gran paso de la cultural oral hacia la imprenta”. Fue la primera vez que un número grande de piezas, casi la totalidad de las obras de Shakespeare se imprimían juntas: el folio contenía 35 libretos; “el canon shakesperiano ha cambiado, pero se le han colocado de 36 a 39 piezas, por decir algo. En la época en la que en el estudio de Shakespeare se acumularon especulaciones fueron sumados más libretos a la lista; la crítica textual ha descartado unos textos y le ha dejado entrar otros. Entre 37 y 39 es el número más acertado de obras de Shakespeare”.
Cualquier persona promedio diría que el folio era un libro, señala. “Y es así, pero lo importante es subrayar que se trata de un buen ejemplo del libro en sus primeras etapas modernas, puesto que la imprenta se introdujo en Inglaterra menos de 200 años atrás”. En su época, detalla el traductor de Enrique IV-I (llevada a escena en el teatro The Globe de Londres en 2012) y Romeo y Julieta (Elefanta Editorial, 2017), entre otras piezas, “Shakespeare escribía un libreto dramático a mano, probablemente no fácil de leer para los demás, debido a la propia caligrafía. Además, antes el papel y la tinta eran caros. No había una producción del libro inmediata. El interés de llevar lo que tuvo éxito en escena a la forma impresa se debió a su disponibilidad. La imprenta es uno de los grandes cambios en la historia de la cultura”.
Algo que Michel Modenessi engarza con el desarrollo de la tecnología hasta nuestros días. “Es la antesala de una modernidad incipiente, en la época que muchos llaman isabelina.
El catedrático cuenta también que existe una idea general respecto a la figura y la obra del dramaturgo inglés, “pero eso se lo debemos a las enciclopedias. En realidad, es un fenómeno cultural atosigante. Muchos presumen que han leído a Shakespeare. ¡Qué bueno que lo han leído, pero, a partir de esto, ¿qué sigue?” Y abunda en cómo el aniversario del folio de 1623 es una oportunidad para reflexionar sobre Shakespeare y replantearlo en el presente.
El próximo año habrá, por ejemplo, un congreso en Minnesota, Estados Unidos, “una ponencia plenaria que participa de un concepto que se llama ´Shakespeare en nuestra América´, a pesar de que esto es en inglés y ellos le llaman América a su país. El concepto del título viene de José Martí, por supuesto, y cuestiona de qué hablamos cuando hablamos de América. En Estados Unidos ha estallado el interés por Shakespeare en español. También abordaré lo qué significa para mí el trabajo en adaptaciones bilingües”.
En noviembre dará una conferencia ante la Asian Shakespeare Association y, entre los eventos internacionales que se preparan —conferencias, congresos y “reflexiones sobre los temas que apenas esbocé. Por ejemplo: la propia génesis del concepto moderno de libro—, la Universidad Nacional Autónoma de México se está preparando “No quiero adelantar vísperas, yo espero que sí se concrete lo de la UNAM y también tengo la expectativa de que se congregue a la gente que de verdad se interesa en Shakespeare”.