Por Guadalupe Galván
Las negociaciones en Estados Unidos sobre el paquete presupuestal que incluye ayuda para Ucrania, y el mega ajuste que anunció hoy el gobierno de Javier Milei son dos temas a los que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador debería prestar mucha más atención.
Más allá de que a López Obrador no le guste Milei ni sus políticas, los ajustes del nuevo gobierno argentino pegarán a México por dos bandas: en migración y en el tema comercial.
El ministro argentino de Economía, Luis Caputo, anunció hoy una devaluación de más de 100%; se reducirán subsidios a Energía y Transporte; habrá recortes en obra pública, no se renovarán contratos laborales menores a un año en el Estado; habrá recortes con la reducción a la mitad del número de Ministerios, entre otras medidas.
Los argentinos viven ya una situación económica muy complicada, con una inflación de más de 142% anual. Una de las razones principales por las que votaron por Milei fue justo esa, y el ultraderechista advirtió en su discurso de toma de posesión que “no hay plata”, que “no hay opción al ajuste y al shock” y que la situación empeorará un tiempo, antes de mejorar.
Pero para los argentinos que ven como su poder adquisitivo se desploma, pronto podría no haber más opción que emigrar y es justo ahí donde entra México.
Lo que puede venirse es un incremento en la cifra de migrantes argentinos, muchos de los cuales se quedarán a radicar en el país, generando un impacto, por ejemplo, en el tema de la gentrificación.
En el aspecto comercial, Argentina no representa ni el 1% de las exportaciones totales mexicanas, pero los argentinos son el cuarto principal inversionista en México, detrás de Estados Unidos, España y Alemania. Ahí puede haber otro impacto.
En cuanto a Ucrania, los republicanos están totalmente en modo campaña electoral y decididos a fortalecer su imagen de cara a las presidenciales 2024. Con eso en mente, decidieron bloquear el paquete presupuestal que envió el presidente Joe Biden por 106 mil millones de dólares que incluye partidas de 61 mil millones de dólares para Ucrania y 15 mil millones para Israel.
Los republicanos dicen estar dispuestos a aprobarlo, pero usando como moneda de cambio el tema migratorio: restringir el sistema de asilo estadounidense, de modo que se limiten las causales de “miedo razonable” que pueden alegar los solicitantes para poderse quedar en Estados Unidos; que se vuelva casi imposible para alguien cuya solicitud ya fue rechazada volver a intentarlo, y expandir la deportación acelerada de migrantes.
Para México, eso significará enfrentar un aumento en el número de migrantes, en momentos en que el sistema migratorio mexicano está desbordado.
Aunque los demócratas y el presidente rechazan aceptar tal cual las iniciativas republicanas, la necesidad de que pase el presupuesto ha obligado a Biden a mostrarse dispuesto a hacer concesiones. Cualesquiera que éstas sean, tendrán un impacto en México.
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