Tras siete años recluida en el penal de Almoloya de Juárez, Santiaguito, Alejandra Arriaga Romero quedó en libertad a través de la amnistía.
Fue sentenciada a 40 años de prisión por el delito de homicidio en contra de su esposo, a pesar de que fue en defensa propia al tratar de protegerse de una golpiza y una violación.
Con una enorme sonrisa y abrazada de sus hijos, Alejandra dijo que nunca perdió la fe, sobre todo en días recientes, cuando la visitó la Comisión de Derechos Humanos estatal (Codhem). Roberto Martínez, su papá, indicó que a través de la organización Presunción de Inocencia lograron ingresar la solicitud de amnistía, y fue la presidenta de la Codhem, Myrna García Morón, quien impulsó la liberación.
De acuerdo con el expediente, la mujer de 44 años, vivió 14 de humillaciones, golpes, vejaciones y maltrato sólo por ser mujer. Su esposo, quien fue militar, la agredió física, sexual y verbalmente, y también a sus hijos.
El 31 de mayo de 2015, se presentó a la agencia del Ministerio Público para narrar cómo habían sucedido los hechos, pues vivía violencia intrafamiliar desde que se casó con el militar retirado quien, por celos, la humillaba, le propinaba golpizas, la violentaba sexual y sicológicamente.
Ese día, aproximadamente a las 21:30 horas, fue agredida por José Ángel “N”, quien llegó con un cuchillo en la mano, amenazándola de muerte; Alejandra se defendió, sacó del buró una pistola vieja que no funcionaba, pero que nunca accionó. Al ver que se acercaba para agredirla, le aventó el arma, que al caer se disparó y privó de la vida a su esposo.
Horas antes, José Ángel “N” quiso obligarla a sostener relaciones sexuales bajo el argumento de que para eso era su esposa, ella se resistió porque se encontraba en su periodo menstrual, el agresor se acababa de bañar y estaba semidesnudo cuando la ofendió y discriminó; tanto, que Alejandra quiso mostrarle el sangrado para confirmar que era verdad.
De acuerdo con los testimonios de la familia de Alejandra, principalmente el de su madre Raquel, su yerno era duro de tratar y, por ello, se alejaron de su hija. Relataron que cuando el exmilitar la golpeaba, le colocaba almohadas para asfixiarla y los niños huían, se refugiaban para no ser lastimados.
La Comisión de Derechos Humanos del Estado de México promovió la amnistía de la mujer, tras considerar que la autoridad responsable violó sus derechos humanos, primero el Ministerio Público, pues la propia Alejandra llamó al ver que no llegaba la ambulancia y en reiteradas ocasiones solicitó ayuda a las patrullas que hacían rondines en el poblado de Santa María Totoltepec, en el municipio de Toluca.