Por Daniel Blumrosen Juárez
Amigo de José Alfredo Jiménez y admirado por Edson Arantes do Nascimento “Pelé”, Antonio Carbajal (7 de junio de 1929-9 de mayo de 2023), fue el primer gran portero mexicano, el que su nombre fue conocido mundialmente.
Y todo empezó a cambio de 11 balones.
Desde pequeño, la “Tota” (apodo que recibió por parte de un amigo de la infancia y lo acompañó hasta su último día) mostró grandes condiciones en la portería, y las llevó hasta la Selección Nacional.
Antes de saltar a la fama, cuando el futbol aún era amateur, fue traspasado del Oviedo al Real España a cambio de 11 balones. Ese fue el pago por un guardameta que haría historia.
En ese equipo conoció y forjó una importante amistad con José Alfredo Jiménez, quien también se desempeñaba como portero, pero no tenía tantas cualidades y se encaminó hacia la música, donde se convirtió en leyenda.
Etiqueta que Carbajal también se adjudicó bajo los tres postes, sobre todo de la Selección Nacional.
Jugó en cinco ediciones de la Copa del Mundo: Brasil 1950, Suiza 1954, Suecia 1958, Chile 1962 e Inglaterra 1966.
Estuvo en la cancha cuando el Tricolor obtuvo su primer punto en la historia de los Mundiales (1-1 ante País de Gales en Suecia 1958) y el día que por fin ganó en el máximo evento futbolístico (3-1 sobre Checoslovaquia en Chile 1962).
Cumplió el sueño de jugar en cinco Copas del Mundo al participar en el empate ante Uruguay (0-0) en Inglaterra 1966.
Tras su retiro, empezó una larga carrera como entrenador, de la que tuvo su clímax al frente del Atlético Morelia, aunque nunca pudo ser campeón del futbol mexicano como estratega.
Los últimos años de su vida los dedicó a atender la vidriería que tenía en el centro de León.
Ese lugar donde estaba una genuina leyenda del futbol mexicano, el primer Cinco Copas.