El director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, aseguró este sábado haber tenido “conversaciones constructivas” con funcionarios iraníes en Teherán, que podrían allanar el camino para retomar las negociaciones para reactivar el acuerdo nuclear de 2015.
Según reveló en conferencia de prensa, el régimen aceptó someterse a más medidas de verificación, dentro de los esfuerzos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y aclarar las dudas sobre la naturaleza de su programa nuclear.
No se conocen aún todas las medidas pero Grossi confirmó que Irán reconectará cámaras de vigilancia en sitios nucleares.
El acuerdo ha sido anunciado tras una reunión del director del OIEA, Rafael Grossi, en Teherán con el presidente de Irán Ebrahim Raisi, para que la colaboración “vuelva al camino correcto”, indicó el dipomático argentino en una rueda de prensa en Viena. ”Hemos puesto un torniquete a la sangría de información que teníamos”, dijo Grossi al resumir este acuerdo para atender temas pendientes como los restos de uranio enriquecido al 84 %, muy por encima del esperado, o sobre trazas de uranio artificial en tres instalaciones que Teherán nunca declaró como parte de su programa atómico.
El jefe de la agencia de la ONU “expresó su satisfacción de haber alcanzado una agenda común” con la organización iraní de energía atómica “sobre medidas de cooperación”, señaló la agencia oficial Irna. “Habrá mayores inspecciones por este acuerdo”, explicó.
“Tenemos todo el acceso que necesitamos y eso es muy importante”, afirmó.
Preocupaciones occidentales
En función del resultado de esta visita, Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido decidirán si presentan o no una resolución censurando a Irán a la junta de gobernadores del OIEA, que debe reunirse en Viena la próxima semana.
Sus preocupaciones aumentaron recientemente. Según un informe confidencial del OIEA, que trascendió esta semana, se encontraron partículas de uranio enriquecido al 83,7%, apenas por debajo del 90% requerido para fabricar una bomba atómica, en la planta subterránea de Fordo, a unos 100 km al sur de Teherán.
Irán niega querer dotarse de la bomba nuclear y se justificó diciendo que hubo “fluctuaciones involuntarias” en el proceso de enriquecimiento.
La República Islámica afirmó que no ha tratado de enriquecer uranio más allá del 60%, e insiste en que su programa nuclear es meramente civil.
Durante la visita, el director del OIEA intentará saber más y obtener un acceso reforzado a la instalación de Fordo “y un incremento del número de inspecciones”, según una fuente diplomática en Viena.
Francia, firmante del acuerdo de 2015 que prometió a Irán un alivio de las sanciones económicas a cambio de limitar su actividad nuclear, describió el hallazgo del uranio altamente enriquecido como “extremadamente grave”.