Por José Meléndez
El economista ultraderechista opositor Javier Milei se convirtió ayer en presidente electo de Argentina al derrotar en la segunda y definitiva ronda electoral al abogado izquierdista oficialista Sergio Massa y, con alertas de que aplicará una honda ruptura sociopolítica e institucional, jurará el próximo 10 de diciembre como décimo primer mandatario argentino desde el retorno de la democracia hace 40 años tras la dictadura militar derechista de 1976 a 1983.
En su primer mensaje como presidente electo, Milei afirmó anoche en su base de campaña en Buenos Aires que su gobierno abolirá la idea de que “el Estado es un botín” y proclamó que “comienza la reconstrucción de Argentina” y el “fin de la decadencia”, para “volver a ser una potencia mundial”. Le acompañaba su hermana Karina. Presente también estaba la vicepresidenta electa Victoria Villarroel.
Al garantizar que cumplirá sus promesas “a rajatabla”, advirtió: “La situación de Argentina es crítica”, por lo que “no hay lugar para las medias tintas” para los cambios rápidos, porque el país sudamericano se dirige a la peor crisis de su historia con pobreza, indigencia, inflación, desempleo y estancamiento. El candidato, conocido por sus exabruptos, moderó anoche su discurso e incluso lanzó un guiño a la oposición, al destacar la necesidad de la unidad para poder salir adelante. “Todos aquellos que quieran sumarse a la nueva Argentina serán bienvenidos”.
“¡Viva la libertad, carajo!”, recalcó, al evocar su grito emblemático. Al salir, habló a la multitud reunida afuera de su búnker, a la que prometió trabajar “desde hoy”, y donde advirtió que “no hay lugar para tibios”.
Los resultados oficiales mostraron anoche que Milei obtuvo inicialmente 14 millones 448 mil 211 votos, para 55.71%, frente a 11 millones 485 mil 103 o 44.28% de Massa. En primera ronda, Massa ganó con 36.78% y Milei captó 29.99%.
Milei prometió una férrea política para reducir el tamaño del Estado, recortar el gasto público, bajar el déficit de las finanzas públicas, dolarizar la economía y cerrar 11 ministerios y el Banco Central. Ayer prometió “ordenarlo”, en vez de “dinamitarlo”. La victoria de Milei podría golpear los nexos de Buenos Aires con los gobiernos izquierdistas de México, Brasil, Colombia, Bolivia y España, porque los mandatarios de esos países se colocaron abiertamente a favor de Massa, candidato del oficialismo. De entrada, el presidente colombiano Gustavo Petro lamentó el triunfo de la “extrema derecha” en Argentina. Otros mandatarios, incluyendo el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, felicitaron al pueblo argentino. El gobierno de Estados Unidos también expresó sus felicitaciones.
El magnate Elon Musk dijo que Argentina tiene ahora “la prosperidad por delante”. Otro entusiasta fue el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien en su red Truth Social posteó: “¡Hagamos a Argentina grande otra vez!”. Milei es un admirador confeso de Trump y del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, quien también lo felicitó.
De México, recibió la felicitación de la virtual candidata presidencial de la alianza opositora, Xóchitl Gálvez. “¡En Latinoamérica soplan vientos para mejorar nuestros países!, dijo.
Milei, del opositor partido La Libertad Avanza, podría ajustar cuentas con gobiernos izquierdistas, tras advertir que romperá relaciones diplomáticas con Brasil, al aducir que Lula es comunista y corrupto, en un ataque que inquietó en Brasilia por el futuro de los lazos interregionales.
El triunfo de Milei fue dado a conocer por el propio Massa en un discurso en su cuartel de campaña en Buenos Aires, en el que reconoció su derrota e informó que llamó por teléfono a Milei para felicitarlo por su victoria. “Los argentinos escogieron otro camino”, admitió Massa, candidato de la oficialista alianza Unión por la Patria, ministro de Economía del presidente Alberto Fernández y símbolo del continuismo en un deteriorado escenario de creciente pobreza y de inflación sin control. Massa dijo que licencia en su cargo de ministro de Economía hasta el 9 de diciembre para “facilitar la transición”.
Tras ratificar que Argentina tiene un “sistema democrático fuerte, sólido” que “transparenta los resultados”, el presidente saliente, Alberto Fernández, prometió una “transición ordenada”.
Sin que ni siquiera se hubieran dado a conocer los primeros resultados oficiales, Massa se anticipó a aceptar su derrota y alteró los ritos tradicionales de los comicios, en los que la normalidad siempre determinó que el aspirante ganador salía a proclamar públicamente su triunfo y el o los derrotados aparecían luego a admitir que perdieron.
En la primera ronda, el 22 de octubre anterior, se requería de 45% de los votos o, si solo se pasó 40%, obtener más de 10 puntos de diferencia sobre el segundo, meta que no consiguieron Massa ni Milei, pero pasaron a la segunda ronda. Milei, de 53 años cumplidos justo el 22 de octubre, economista, en unión sentimental libre, sin hijos y diputado desde 2021, asumirá el próximo 10 de diciembre al cumplirse 40 años del final de la dictadura y del inicio del retorno a la democracia, y gobernará por 48 meses en reemplazo de Fernández.