Steven Brian Pennell fue un hombre conocido por los asesinatos que llevó a cabo en Delaware, Estados Unidos.

Pennell fue condenado a muerte por el asesinato de Shirley Anna Ellis, de 23 años, y Catherine DiMauro, de 31, durante la década de los 80. Sin embargo, durante la investigación que se llevó a cabo se encontró que podía ser sospechoso de otros tres asesinatos, también de mujeres.

Su ‘modus operandi’ consistía en secuestrarlas mientras se encontraban en la Ruta 40 -autopista que recorre Estados Unidos desde California a Carolina del Norte-. Cuando se acercaba a ellas, las ataba y después les pegaba con un martillo, además de ejercer otros tipos de violencia física sobre ellas con un ‘kit de tortura’ que tenía en su auto.

“El asesino de la Ruta 40”, como fue nombrado por los medios, fue ejecutado el 14 de marzo de 1992, a sus 34 años.

Pennell no solo fue el primer asesino reconocido en la ciudad de Delaware, sino también el primero en ser condenado a muerte en 46 años, y su caso fue el primero en el que se utilizaron las pruebas de ADN como evidencia absoluta, pues se encontró sangre y cabello de las víctimas en el tapete de su vehículo. Aunque nunca reconoció su culpabilidad, Pennell sorprendió al exigir ser ejecutado por los asesinatos.

La primera víctima

Su primera víctima fue Shirley Anne Ellis, asesinada el 29 de noviembre de 1987. De acuerdo con los recuentos, Ellis llevaba comida por el día de Acción de Gracias que acababa de pasar a un paciente con sida. Caminó sobre la Ruta 40, esperando que alguien le diera un aventón.

Ellis, exprostituta, de 23 años, se había distanciado de la vida de la calle, e incluso había comprado libros para la escuela de enfermería. Mientras caminaba por la ruta, un coche se detuvo y se ofreció a llevarla.

Alrededor de las 21:25 de la noche, dos adolescentes descubrieron el cuerpo de Ellis. Estaba parcialmente vestida, con las piernas abiertas. La autopsia reveló que había sido torturada, además de mutilada. Fue atada de pies y tobillos, con una cinta adhesiva negra en la boca.

No se descubrieron pruebas de agresión sexual, pero la autopsia reveló que Ellis fue torturada con herramientas de trabajo antes de morir. El asesino le puso una ligadura alrededor del cuello y la golpeó repetidamente en la cabeza con un martillo.

¿Cómo se ve su casa?

El lugar donde vivió Pennell hasta que fue encarcelado continúa intacto. Nadie ha querido mudarse al sitio y tampoco se ha destruido para crear una nueva construcción.
Incluso, con solo ver el exterior se puede llegar a la conclusión de que la casa está abandonada. Tal como en las películas de terror que muestran parajes embrujados, la vivienda está llena de plantas que alcanzan la altura de las ventanas del segundo piso.

El papel que cubre las paredes de la sala, que en algún momento debió ser decorativo, ahora es amarillo y parece estar cayéndose, consumido por el moho y la humedad.

El piso está cubierto de escombros, basura y otros desechos que podrían indicar que algunos animales, o incluso algunas personas sin hogar, han habitado el lugar a lo largo de los años.

En el centro hay una mesa casi intacta y una máquina de escribir sobre esta. En la fotografía se puede ver un oso de peluche perfectamente acomodado encima del sillón de flores que adorna la desolada sala, aunque no es claro si este siempre ha estado ahí.

Uno de los cuartos más escalofriantes en el interior de la casa tiene una repisa con varias muñecas de porcelana que, debido al deterioro del lugar, tienen moho en sus rostros y ropa.

La habitación principal se mantiene sorpresivamente intacta. Si no fuera por el deterioro que hay en general en el inmueble, se podría decir que alguien duerme en la cama matrimonial perfectamente tendida que hay en el centro del cuarto.

Todavía hay una radio y una televisión cubiertas por el polvo.

El hogar de un asesino

Las fotografías fueron tomadas por Ben James, un fotógrafo que busca lugares abandonados y los publica en sus redes sociales bajo la cuenta de ‘Places Forgotten’.

Por lo que comentó en redes sociales, James se topó con el sitio sin saber a quién había pertenecido, solo se enteró cuando un oficial de la policía le habló al respecto.

“No tenía ni idea de quién era, pero al parecer fue el único asesino conocido de Delaware. En algún momento de su vida vivió con su esposa en un tráiler, pero esta es la casa en donde estuvo hasta que fue arrestado y donde, aparentemente, mató a una o dos de sus víctimas”, indicó James en sus redes sociales.

agv

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