Washington.— Revitalizados por las encuestas, los republicanos prometieron ayer apoderarse del Congreso en las elecciones de medio término de Estados Unidos, mientras los demócratas se aferran a mantener el control.
El presidente Joe Biden y su antecesor, Donald Trump, apuraron esfuerzos: el primero, en favor de los demócratas. El segundo, por los republicanos.
Durante un mitin, en Miami, Trump enfatizó el tema migratorio. Aseguró que Biden y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, “nos han dejado desprotegidos abriendo nuestras fronteras”.
Culpó al actual mandatario de hacer un “pésimo trabajo” al conducir el país y llamó a votar por Marco Rubio, quien se juega la reelección en el Senado, y por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, con quien crece la rivalidad de cara a las presidenciales de 2024. DeSantis es uno de los políticos que se considera podría competir con Trump en las primarias republicanas, si el exmandatario confirma que buscará de nuevo la presidencia.
Algunos medios apuntan a que podría hacer algún anuncio el 14 de noviembre. Ayer volvió a coquetear con la candidatura, diciendo que “para que nuestro país sea exitoso, seguro y glorioso”, probeblamente tendrá que contender de nuevo. “Estén atentos”.
Como ha hecho en mítines anteriores, Trump criticó la campaña de los demócratas contra la tenencia legal de armas, y afirmó que Estados Unidos ha visto un aumento de la violencia y el tráfico de drogas como no se había visto en el país. Además, criticó la postura de Biden frente a la “amenaza” china y en general su “débil” política exterior.
Las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, en las que se renueva toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, además de ponerse en juego cargos estatales, se suelen ver como un referéndum sobre el presidente en ejercicio. El partido en el poder tiende a perder escaños en el Congreso, particularmente si, como ocurre con Biden, el índice de aprobación del mandatario es inferior a 50%. Unos 40 millones de estadounidenses ya votaron anticipadamente, según dijo NBC News.
Un cacique republicano del Senado, Rick Scott, pronosticó una “gran noche” el 8 de noviembre, mientras que su copartidario y gobernador de Virginia (este), Glenn Youngkin, aseguró que su partido “ofreció soluciones de sentido común” a las preocupaciones de los estadounidenses, la inflación y el crimen.
“Esta será una llamada de atención para el presidente Biden”, pronosticó Youngkin en ABC News.
Desde hace dos años, los demócratas cuentan con una estrecha mayoría en la Cámara Baja y un solo voto mayoritario en la Cámara Alta, el de la vicepresidenta Kamala Harris.
Las encuestas auguran una clara victoria en la Cámara de Representantes de los republicanos, que también podrían retomar el control del Senado.
En medio de los temores a un caos poselectoral, la presidenta del Partido Republicano, Ronna McDaniel, prometió en CNN que los candidatos “aceptarán” todos los resultados de las urnas, ganen o pierdan.
Así, contradijo muchas declaraciones de candidatos cercanos a Trump, quien nunca admitió la derrota en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020. Kari Lake, que aspira a ser gobernadora de Arizona, se negó por ejemplo a decir que aceptaría una derrota de su contrincante demócrata en este polarizado estado del suroeste de Estados Unidos. El domingo, medios locales informaron que esta republicana de extrema derecha recibió dos sobres que contenían un polvo blanco sospechoso que el FBI está investigando.
En Wisconsin (norte), el senador republicano Ron Johnson, que busca la reelección frente al demócrata Mandela Barnes, también rechazó decir si aceptará los resultados.
Problemas en Nueva York
Biden, quien el sábado estuvo acompañado del expresidente Barack Obama, insistió ayer en que las elecciones del martes definirán mucho más que la composición del Congreso: “Nos enfrentamos a un punto de inflexión… Nuestra democracia está en peligro”. La presencia de Biden en Nueva York, un bastión tradicional demócrata, es una prueba de las dificultades a las que se enfrenta la gobernadora estatal, Kathy Hochul, quien ha visto crecer en las encuestas a su rival republicano Lee Zeldin.