El fundador y exdirector ejecutivo de Microsoft, Bill Gates, profundizó el martes pasado sobre el avance de la inteligencia artificial (IA) a nivel mundial y el efecto que podría tener en el mercado de trabajo. Con base en ello, se expresó a favor de la reducción de la semana laboral y anticipó qué rol ocuparían los robots en dicho esquema.
Durante su paso por el podcast “¿What Now?” (¿Ahora qué?), conducido por el comediante y escritor Trevor Noah, el filántropo de 68 años defendió en primer lugar el desarrollo tecnológico y celebró el “rédito productivo” se que obtiene de éste: “La inteligencia artificial es asombrosa. En programación, por ejemplo, puede rellenar planillas automáticamente o completar tareas a gran velocidad. Deja de lado el trabajo odioso que muchas veces tenemos que hacer a mano”.
“Creo que con el tiempo empezaremos a entender por qué funciona tan bien. Él único problema que veo a futuro es el uso que le den las próximas generaciones a la inteligencia artificial, aquellos que se valgan de estas herramientas con malas intenciones como coordinar un ciberataque, hacer imágenes falsas”, alertó. Sin embargo, Gates insiste en que falta mucho para que sea un verdadero problema. “Recién estamos considerando los pros y los contras de esta tecnología”, afirmó.
Luego, en el terreno laboral, Noah le planteó al empresario: “Cuando aparece una nueva tecnología, existe la posibilidad de que desplace a ciertas personas. Pero, por otro lado, crear más puestos de trabajo. Con la IA dando vueltas, ¿cuál es la solución que encontraste a esto?”.
La respuesta de Gates a aquel dilema fue un tanto impensada. “El propósito de la vida no solamente es el trabajo. Si en algún momento alcanzamos a una sociedad que sólo tenga que trabajar tres días a la semana, probablemente esté bien. Las máquinas pueden hacer la comida y otras cosas y nosotros trabajar menos. Sí, va a haber ciertos desplazamientos, pero si se procede de manera lenta con este desarrollo y los gobiernos ayudan a las personas a utilizar las nuevas herramientas que tienen a disposición, todo va a estar bien”, auguró.
Acto seguido, justificó su postura: “El software hace que todo sea más productivo. Si reducimos el trabajo humano, las personas van a poder dedicarle más tiempo a las necesidades de la gente mayor por ejemplo. La demanda de trabajo para hacer buenas cosas siempre va a existir si cuentas con las habilidades necesarias. Entonces, en resumen, los seres humanos vamos a tener más tiempo libre y vamos a poder elegir qué queremos hacer con él”.
Los riesgos y beneficios del IA, según Bill Gates
El marzo pasado, Gates sostuvo en su sitio web Gates Notes que, junto con gran cantidad de usos benignos que pueden hacerse de la inteligencia artificial, también hay “riesgos y preocupaciones”. “Existe la amenaza que representan los humanos armados con IA”, resaltó.
“Luego existe la posibilidad de que las IA se salgan de control. ¿Podría una máquina decidir que los humanos son una amenaza, concluir que sus intereses son diferentes a los nuestros o simplemente dejar de preocuparse por nosotros? Posiblemente”, dijo sin reparo alguno.
Tras aquella alarmante afirmación, indicó -tal y como hizo esta semana- que este problema “no es del todo urgente. “¿Qué sucede si la inteligencia artificial entra en conflicto con los intereses de la humanidad? Esta preguntas se volverán más apremiantes con el tiempo”, sostuvo.
“La inteligencia artificial todavía no controla el mundo físico y no puede establecer sus propios objetivos, aun cuando el ChatGPT declaró en conversaciones con The New York Times que quería convertirse en un ser humano. Es una mirada fascinante, pero no un indicador de independencia significativa”, concluyó.