Jair Bolsonaro guarda silencio tras su derrota en la segunda vuelta de las elecciones en Brasil, que lo han convertido en el primer mandatario en perder la reelección en la historia del país.
De acuerdo con medios brasileños, después de conocer los resultados Bolsonaro decidió que no quiere recibir a nadie.
“Derrotado, Jair Bolsonaro no quiere recibir a nadie. A ministros y diputados que intentaron visitarlo este domingo tras los resultados de las urnas les dijeron que el presidente no quiere ver a nadie en este momento, ni siquiera a sus aliados más cercanos”, señaló el diario O Globo.
Con más del 99% de los votos computados, Lula llevaba 50.9% y Bolsonaro 49.1%, ante lo cual la autoridad electoral dijo que la victoria de Lula estaba matemáticamente asegurada. Aproximadamente a las 10 de la noche, tres horas después de que se anunciaron los resultados, las luces se apagaron en el palacio presidencial sin que Bolsonaro reconociera la derrota ni emitiera ninguna declaración, informó la agencia de noticias AFP.
El diario Folha de S. Paulo confirmó que Bolsonaro se recluyó junto a su hijo Flavio en el Palacio de la Alvorada, desde donde siguió los resultados, y que no quiso recibir a sus ministros. Solo mantuvo una reunión con su compañero de fórmula, el general Braga Netto.
Ni Flavio ni Eduardo, los dos hijos de Bolsonaro más activos en redes sociales, han publicado reacción alguna sobre la elección.
Lauro Jardim, uno de los principales columnistas del diario O Globo, dijo que uno de los ministros de gobierno más importantes se acercó a Jair Bolsonaro después de conocer el resultado. “Por teléfono, el teniente coronel Mauro César Cid, su ayudante de campo, informó que el jefe subió a su cuarto y se iba a dormir”, dijo Jardim, una versión que coincide con la de AFP.
“Bolsonaro es impredecible, y este aspecto de su personalidad no se puede enfatizar lo suficiente. Pero el caso es que varios de sus ministros más cercanos no pudieron hablar con él en esta noche de derrota electoral”, agregó el columnista.
El titular del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil, Alexandre de Moraes, reveló esta noche que habló personalmente con Bolsonaro y estimó que no hay “riesgo real” de que se impugnen los resultados.
“No hay riesgo. En cuanto a posibles grietas, es parte del juego democrático”, dijo Moraes en declaraciones a la prensa.
Clave en el desarrollo del proceso que precedió a la segunda vuelta de hoy, con decisiones que marcaron parte del desarrollo de la campaña, Moraes dijo que llamó “personalmente” a Lula y a Bolsonaro.
“Fue para decirles que la Justicia Electoral pudo proclamar el resultado y felicitarlos por su participación” relató.
Lula también recibió un fuerte reconocimiento institucional, por parte de los titulares de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y del Senado, Rodrigo Pacheco, y de los magistrados de la Corte Suprema.
Otras importantes figuras del bolsonarismo también reconocieron la victoria de Lula, incluso la senadora Damares Alves y el pastor evangélico Silas Malafaia, que forman parte de su núcleo de colaboradores más estrechos.
Afuera de la casa de Bolsonaro en Río de Janeiro, donde se concentró su base de seguidores, una mujer encima de un camión efectuó una oración a través de una bocina, y luego cantó con fervor, intentando generar entusiasmo. Pero los simpatizantes, engalanados con los colores amarillo y verde de la bandera, apenas respondieron.
Muchos sí se reanimaron cuando se escucharon las notas del himno nacional y cantaron sonoramente con la mano sobre el corazón. Sin embargo, prevalecía un ánimo de tristeza.