Su padre fue un gobernante despiadado. Su madre se hizo famosa por su enorme colección de zapatos.
Ferdinand Marcos Jr, de 64 años, más conocido por su apodo “Bongbong”, se impuso en las elecciones presidenciales de Filipinas al derrotar a la candidata liberal Leni Robredo, quien es la vicepresidenta del país asiático.
Con el 98% de los votos elegibles contados provisionalmente por la Comisión Electoral, Bongbong tendría 31 millones de votos, el doble que Robredo.
¿Cómo logró Bongbong el triunfo en los comicios?
Gracias a una combinación de políticas dinásticas, lealtades que se remontan a generaciones y, según sus opositores, la manipulación de las redes sociales.
Una corona de oro y un semental blanco
En el bastión de Marcos, llocos Norte, se encuentra un impresionante edificio de estilo colonial español: el Malacañang del Norte.
El palacio original de Malacañang -el hogar oficial del presidente de Filipinas- se encuentra a cientos de kilómetros de distancia en la capital, Manila, pero este otro edificio fue un regalo de la Autoridad de Turismo de Filipinas para su familia cuando Ferdinand Marcos gobernó el país en la década de 1960.
Ahora está abierto al público y es un santuario para la familia Marcos. Los seguidores se toman selfies junto a retratos majestuosos de Ferdinand y su esposa, Imelda Marcos, y exploran las habitaciones en las que vivieron.
Dentro de la habitación que ocupó Bongbong cuando era niño, hay un retrato suyo colgado junto a una cama con dosel adornado.
Bongbong, con una corona dorada, cabalga sobre un semental blanco a través de las nubes.
En una mano lleva la bandera de Filipinas, en la otra una biblia.
Una referencia a un salmo en la esquina de la pintura ayuda a descifrar las imágenes: Apo 21:1, una revelación que describe a un ángel volando sobre la ciudad santa y amurallada de Jerusalén.
Derrocada en una revolución del poder popular en 1986, la familia Marcos se convirtió en sinónimo mundial de corrupción.
Los informes independientes y los documentos judiciales ofrecen pruebas irrefutables de los excesos masivos y los abusos contra los derechos humanos durante su gobierno.
Cuando los revolucionarios irrumpieron en el palacio presidencial encontraron retratos al óleo de la familia, un jacuzzi con accesorios dorados, 15 abrigos de visón, 508 vestidos de alta costura y más de 3 mil pares de zapatos de diseñador que pertenecían a Imelda Marcos.
Líder polémico
Sus opositores atribuyen el triunfo de Bongbong a que ha utilizado las redes sociales para sembrar desinformación y encubrir la historia familiar, una acusación que el dirigente niega.
Durante años Facebook ha estado inundado de publicaciones de propaganda y cuentas anónimas que defienden el legado de la familia Marcos.
Aseguran que el gobierno tiránico de Marcos fue en realidad un “período dorado” para el país, a pesar de que la economía estaba al borde del abismo, fuertemente endeudada con bancos extranjeros.
El periodista estadounidense Jim Laurie fue uno de los pocos reporteros que presenció el asalto al palacio de Marcos.
“Imelda tenía en el guardarropa cientos de vestidos de diseñador y vestidos con las etiquetas aún puestas de Bergdorf Goodman en Nueva York y otras tiendas en París y Roma. Ni siquiera los había usado. Y era un país muy pobre. Al ver el contraste parecía obsceno”, dice.
Los documentos encontrados en el palacio mostraban cómo la familia Marcos se había apropiado ilegalmente de millones de dólares que habían depositado en cuentas bancarias suizas, así como numerosas propiedades en el exclusivo sector de Manhattan en Nueva York.
Siguieron múltiples casos judiciales. Algunos llevaron a enjuiciamientos exitosos contra la familia, mientras que otros fracasaron. El más notable de estos fracasos fue un caso de fraude en 1990 en Nueva York, donde Imelda Marcos convenció al jurado y allanó el camino para que la familia regresara a Filipinas.
En el documental The Kingmaker, Bongbong cuenta qué le preocupaba de regresar a su país: “No puedo volver a casa en autocar”, le dice al entrevistado. “Siempre he volado en primera clase”.
“Destinado” para el liderazgo
Bongbong fue preparado para el liderazgo desde joven.
Las imágenes de archivo lo retratan a los 28 años, parado diligentemente junto a su padre, vestido con uniforme militar el día en que la familia se vio obligada a huir de la casa presidencial durante la revolución de 1986.
Una de las entradas del diario de su padre, fechada en 1972, reveló qué le inquietaba sobre su hijo:
“Bongbong es nuestra principal preocupación. Es demasiado despreocupado y perezoso”.
En 1975, Bongbong estudió en la Universidad de Oxford para obtener un título en Filosofía, Política y Economía (PPE), un curso que su familia quería utilizar como puerta de entrada a una carrera como político. Pero no se graduó, algo que él niega.
Un informe del sitio web de noticias filipino Verafiles reveló que los diplomáticos filipinos presionaron para que Bongbong obtuviera un diploma especial en Ciencias Sociales después de reprobar dos veces los exámenes.
Esta controversia no le impidió hacer una carrera política durante el régimen de su padre, hasta que fue interrumpida por la revolución.
Sin embargo, a su regreso, ha ido viento en popa.
La compañera de fórmula de Bongbong es Sara Duterte, de 43 años, hija del actual presidente, Rodrigo Duterte.
La Constitución del país impide que el controvertido pero popular Duterte se postule para un segundo mandato de seis años en el cargo.
En 2016, Duterte desató una “guerra contra las drogas” en la que miles de traficantes y consumidores fueron ejecutados sin ningún proceso judicial.
Su hija Sara prometió trabajar con Bongbong para unificar el país y hacer que “se levante de nuevo”.
Ella ha ofrecido que el servicio militar sea obligatorio para los jóvenes de 18 años y Bongbong ha afirmado que está abierto a imponer la pena de muerte a los criminales que no puedan ser rehabilitados.
Un cable de la embajada de Estados Unidos en Manila en 2009, filtrado por WikiLeaks, describe a Sara Duterte como “una persona de mente dura que, como su padre, es difícil de tratar”.
Su momento decisivo fue en 2011, cuando era alcaldesa y golpeó repetidamente a un alguacil de la corte en la cara por desobedecer sus órdenes de no demoler un barrio pobre.
El impacto de las redes sociales
Para comprender cómo Bongbong Marcos pudo organizar un regreso político tan fuerte, no hay que buscar más allá de la provincia de Ilocos Norte.
Muchos allí permanecen leales a la familia porque el área recibió financiamiento preferencial incluso cuando el resto del país estuvo sujeto a 14 años de brutal ley marcial desde 1972.
“Imagínese un tifón feroz que azota el país, pero Ilocos Norte quedó completamente intacto”, explica un periodista.
La gente se niega a creer que la familia sea culpable de corrupción y abusos de los derechos humanos, una postura reforzada por la hábil manipulación de las redes sociales.
“Desvían el tema en las redes sociales, no importa si esa persona es corrupta, dirán que tiene muchos logros como la infraestructura que vemos. No tiene sentido discutir con ellos”, dice la abogada Zsa Zsa Raval, quien se describe a sí misma como parte de una “pequeña minoría” que no votó por Marcos.
Brittany Kaiser, exempleada de la desacreditada firma de consultoría política de Reino Unido Cambridge Analytica, le dijo al sitio de noticias Rappler que Bongbong se acercó a la empresa para “cambiar el nombre” de la imagen de la familia en las redes sociales, algo que su campaña ha negado desde entonces.
Y no se trata sólo de manipular la narrativa.
Las cuentas anónimas crean una conveniente falta de rendición de cuentas y atacan repetidamente a los periodistas y los que dicen la verdad.
La BBC se acercó a la empresa matriz de Facebook, Meta, para una entrevista, pero solo recibió una declaración que decía que “desde 2017, los equipos de seguridad han identificado y eliminado más de 150 operaciones de influencia encubiertas por violar la política contra el comportamiento no auténtico coordinado, incluidas varias redes en Filipinas”.
La compañía agregó que estaba “trabajando en estrecha colaboración con la sociedad civil, las autoridades electorales y la industria para combatir la interferencia electoral, reducir la desinformación y brindar transparencia en torno a la publicidad política”.
En enero, Twitter suspendió cientos de cuentas presuntamente vinculadas a seguidores de Bongbong por violar sus reglas sobre manipulación y spam.
Existe la sensación de que las empresas de redes sociales no están haciendo lo suficiente. El problema es particularmente agudo en Filipinas debido al consumo de redes sociales superior al promedio del país.
Un estudio de 2020 realizado por la compañía alemana de bases de datos Statista encontró que los filipinos de 16 a 64 años pasan en promedio casi cuatro horas al día conectados a las redes sociales. En comparación, Reino Unido obtuvo un promedio de casi dos horas al día.
Las organizaciones de noticias independientes son consideradas “sesgadas” contra la familia Marcos y no se les conceden entrevistas. La BBC no recibió una respuesta a la solicitud de conversar con el líder.
Las manifestaciones
Aparte de las redes sociales, la otra forma de “comunicarse directamente” con la gente es a través de las lujosas manifestaciones de Bongbong, aunque se rodea de simpatizantes con camisas rojas, lo que dificulta que los periodistas lo interroguen.
Los asistentes reciben obsequios como muñequeras, camisetas y bolsitas de café 3 en 1 con la cara sonriente de Marcos y las palabras: “Tu aliado cuando te levantes”.
La multitud se entusiasma con una mezcla de pop, comedia y baile, antes de lanzarse a un desfile de políticos pro-Marcos, que pronuncian monólogos breves e ingeniosos. Las propuestas de políticas rara vez se discuten en detalle.
La BBC asistió a un mitin de “BBM-Sara” en abril, donde Bongbong llegó detrás del escenario en una cabalgata de relucientes SUV Toyota. Mientras dábamos la mano a los simpatizantes, nos acercamos a él y le preguntamos cómo podría ser un buen presidente si no da entrevistas serias.
Él se rio, pero no respondió.
Los partidarios de Bongbong recurrieron a las redes sociales para criticar nuestro cuestionamiento como grosero e imperialista. Creen que la familia Marcos ha sido perjudicada por los medios independientes que informan sobre su legado. Otros aceptan la corrupción, pero, en el espíritu del perdón cristiano, creen que su familia merece una segunda oportunidad.
Sus críticos temen que, como presidente, pueda continuar con lo que su padre dejó de hacer 1986.