Los Ángeles.— Si la vida es una espiral de reencuentros y despedidas, la actriz Blanca Guerra tuvo la oportunidad de celebrar su colaboración en cine con Cristóbal Jodorowsky (1965-2022), actor que falleciera el pasado 15 de septiembre.
La proyección de Santa sangre (1989) en el Academy Museum of Motion Pictures dio lugar a que la actriz ganadora del Ariel pudiera dedicarle la función a los asistentes al ciclo “Maleficarum: resucitando al cine mexicano de horror del siglo XX”.
Bajo la dirección de Alejandro Jodorowsky y con su escritura del guión de Santa sangre, Blanca interpreta a Concha, trapecista que es líder de una secta religiosa y que en un arranque de celos ataca violentamente a su marido, siendo ejecutada por él mismo al cortarle sus brazos.
Años después, su único hijo Fénix (Cristóbal Jodorowsky) imagina a su madre viva a quien le presta sus brazos para danzar en el escenario o tocar el piano.
El realizador chileno montó esos momentos escénicos juntando a los dos actores frente a la cámara.
“Voy a pedirles de favor que le demos un enorme aplauso a Cristóbal —quien en tiempo de Santa sangre se llamaba Axel Jodorowsky— él fue un actor muy generoso. Tenía una excelente formación en actuación y pantomima. Trabajamos mucho antes del rodaje para lograr esa simbiosis en pantalla de entre dos formar una sola persona”, compartió conmovida Guerra a los asistentes del Ted Mann Theatre del Museo de la Academia.
La actriz estuvo al lado del programador Abraham Castillo Flores, encargado de ensamblar el ciclo de películas que ha incluido, además, cine de Chano Urueta, Rafael Baledón, Miguel Morayta, Rogelio A. González y la misma Isela Vega en su debut como realizadora con Las amantes del señor de la noche (1983).
En proyección de calidad 4K, cortesía por el American Gente Film Archive y con restauración de Severin Film, la película Santa sangre se proyectó dentro del ciclo Maleficarum,
Fuera del evento del Museo de la Academia, Blanca Guerra ahondó sobre cómo la preparación que tuvo ella al estudiar en el CUT, Centro Universitario de Teatro de la UNAM, se sumó al entrenamiento de Cristóbal Jodorowsky que había tenido con el mimo francés Marcel Marceau para lograr esa sinergia vista en la pantalla, bajo el estilo surrealista de Alejandro.