Durante los últimos 12 años, la comunidad de Igbo-Ora, en el suroeste de Nigeria, organiza un festival anual para celebrar a los gemelos. El evento de este año, realizado a principios de octubre, incluyó a más de mil pares de gemelos y atrajo a participantes de lugares tan lejanos como Francia, dijeron los organizadores.

Los demógrafos afirman que la región yoruba, que se extiende del sudoeste de Nigeria hasta Benin, registra más nacimientos de gemelos que el resto del mundo.

Las estadísticas son difíciles de obtener, pero un estudio realizado por un ginecólogo británico, Patrick Nylander, entre 1972 y 1982, hablaba de una media de 45 a 50 gemelos por cada mil bebés nacidos vivos en la región, frente a 33 por mil en Estados Unidos, según el National Center for Health Statistics.

La ciudad de Igbo Ora, unos 100 kilómetros al norte de Lagos, se enorgullece de ser el epicentro de este fenómeno y se autodenomina la “capital mundial de los gemelos”.

Los habitantes de la localidad afirman que casi todos tienen gemelos en sus familias. El líder de la comunidad es un ejemplo. “Tengo un hermano gemelo, mi esposa tiene una hermana gemela y nuestros hijos son gemelos”, explica con orgullo Jimoh Olajide Titiloye. “No hay prácticamente ningún hogar en esta ciudad que no tenga gemelos”, asegura.

El término ‘ibeji’, que en yoruba se usa para referirse a los gemelos, también se usa para nombrar a una especie de divinidad que “anuncia generalmente la paz, el progreso, la prosperidad y trae suerte a los padres”, explica este líder.

Pero si bien algunos consideran hoy a los gemelos como una bendición, no siempre ha sido así.

En la época precolonial, y aún hoy en día en algunas regiones de Nigeria, a los gemelos se les consideraba seres “diabólicos” y eran abandonados o asesinados.

Los científicos aún no han explicado por qué los yorubas, e Igbo Ora en particular, tienen tantos gemelos.

Pero los residentes locales tienen su propia teoría: “Comemos hojas de gombo y sopa con ñame y amala (harina de mandioca)”, detalla a la AFP Samuel Adewuyi Adeleye, dirigente de la comunidad.

En varias comunidades ancestrales del mundo, el ñame silvestre es conocido por tener estrógenos naturales y a veces se utiliza en tratamientos ginecológicos tradicionales para favorecer la fertilidad.

“El agua que bebemos también contribuye a este fenómeno”, asegura Adeleye, sin dar más explicaciones.

Sin embargo, los expertos son escépticos y afirman que no hay ninguna relación demostrada entre la dieta y la tasa de natalidad, pues el mismo alimento se consume también en toda África occidental.

“Es un tema de genética”, dijo Emmanuel Akinyemi, ginecólogo y director de una clínica obstétrica local. “Creo que el gen responsable de los nacimientos múltiples se encuentra en nuestra región y se ha transmitido de generación en generación”.

agv

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