No hubo un solo jugador, que estuviera en la cancha o en la banca, que no felicitara a Santiago Ormeño… Pero tampoco que no obsequiara un emotivo abrazo al guardameta Miguel Jiménez. Porque ambos fueron las piezas clave en la valiosa victoria del Guadalajara sobre el Monterrey (1-0), esa que le permite meterse a la zona de repechaje.

Partido adelantado de la penúltima jornada que resultó sumamente oportuno para las Chivas, que hilaron victorias después de no ganar en sus primeros ocho duelos del campeonato. La de anoche fue ante un genuino peso completo, que llegó al estadio Akron como líder de la clasificación, aunque hizo honor a esa etiqueta durante pocos lapsos del duelo.

El Rebaño Sagrado, motivado por la goleada ante el Necaxa, arrancó vertiginoso, pero incapaz de hacer daño en la portería defendida por Esteban Andrada. Dominio que languideció durante el complemento… Hasta que Ormeño recibió aquel balón en los linderos del área regiomontana, giró y definió ante la salida de Andrada (79’). Su primer gol con el Guadalajara ha sido sumamente valioso, al igual que las atajadas de Jiménez, el otro artífice de la nueva victoria rojiblanca.

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