Beirut.— Miles de personas contienen el aliento a la espera de noticias sobre sus seres queridos aún desaparecidos por los terremotos en el último bastión opositor del noroeste de Siria; ahí no ha entrado ninguna ayuda en los últimos tres días, pese a los repetidos llamados desde la empobrecida región.

La cifra total de muertos por los terremotos que el lunes impactaron en Turquía y Siria supera ya los 15 mil.

El presidente turco, Recep Tayip Erdogan, reconoció que hay “deficiencias” en la respuesta a la emergencia, pero declaró que “es imposible estar preparado para una catástrofe así”. Los residentes criticaron la respuesta del gobierno y dijeron que los rescatistas tardaron en llegar.

“Las primeras 72 horas se consideran críticas”, dijo Steven Godby, experto en peligros naturales de la Universidad de Nottingham Trent en Inglaterra. “La tasa de supervivencia en promedio dentro de las 24 horas es de 74%; después de las 72 horas es de 22%, y al quinto día es de 6%”.

Los rescatistas a veces usaban excavadoras o recogían con cautela entre los escombros.

Con miles de edificios derribados, no estaba claro cuántas personas podrían quedar atrapadas entre los escombros.

En este contexto de críticas al gobierno, Twitter era inaccesible el miércoles en los principales proveedores de telefonía móvil.

“¿Dónde está el Estado? ¿Dónde está?”, se desesperaba Ali en la ciudad turca de Kahramanmaras, en el epicentro del sismo, que todavía esperaba hallar con vida a su hermano y su sobrino.

La angustia era compartida en la localidad siria de Jindires, en una zona controlada por los rebeldes, donde “hay más gente bajo los escombros que encima de ellos”, de acuerdo con su residente Hassan.

Los equipos de búsqueda de más de dos docenas de países se han unido a decenas de miles de personal de emergencia local en Siria y Turquía, pero la escala de destrucción del terremoto y sus poderosas réplicas fue tan inmensa y se extendió por un área tan amplia, incluida una región aislada por la Guerra Civil en curso en Siria, que muchas personas aún esperan ayuda.

El coordinador humanitario de Naciones Unidas para la crisis siria, Muhannad Hadi, explicó por videoconferencia que las habituales operaciones de entrega de ayuda a través de la frontera con Turquía se han visto paralizadas por el cierre de una carretera clave en Turquía, pero que esperan poder llevar ayuda. Usar otros cruces, o enviar la ayuda a través de las líneas de conflicto desde Damasco, requiere “múltiples niveles de coordinación entre diferentes partes, seguridad, humanitarias, ONG”, dijo. “No es una operación sencilla”.

Los críticos han acusado al gobierno sirio de retrasar deliberadamente el proceso para cortar el apoyo a las áreas controladas por los rebeldes islamistas.

“Pedimos a la comunidad internacional que asuma su responsabilidad por las víctimas civiles. Necesitamos que los equipos internacionales de rescate entren en nuestras zonas”, declaró a AFP Mohammad Al Chebli, portavoz de los Cascos Blancos en los territorios rebeldes.

A las súplicas se sumó el papa Francisco. “Animo a todos a solidarizarse con estos territorios, algunos de ellos ya martirizados por una larga guerra”, declaró.

La ayuda a Siria es una cuestión delicada para numerosos países occidentales. Aunque está sancionado por Bruselas, el gobierno de Bashar al-Assad hizo llegar una petición formal de ayuda a la Unión Europea (UE), indicó Janez Lenarcic, el comisario comunitario de Gestión de Emergencias. Por ahora, Siria cuenta principalmente con la ayuda de Rusia, su aliado.

“Dejen de lado la política y permitan que realicemos nuestra tarea humanitaria”, dijo un alto responsable de Naciones Unidas. Decenas de países, desde China a EU pasando por Ucrania o Emiratos Árabes Unidos, prometieron ayuda a Ankara, y la UE anunció una conferencia de donantes en marzo en Bruselas.

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