Bruselas.— Luego de que los servicios de inteligencia de Bélgica destaparan el mayor escándalo de corrupción al interior del Parlamento Europeo, la institución se someterá a una profunda reforma para aumentar los elementos de disuasión y transparencia.
Así lo anunció la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, tras insistir en que es fundamental que las personas dispuestas a aceptar una bolsa llena de dinero en efectivo sepan que las van a atrapar y que caerá sobre ellas y sus asociados todo el peso de la ley. El compromiso de la eurodiputada maltesa recibió el espaldarazo de todas las fuerzas políticas al adoptar una resolución en la que se plasmó el compromiso de combatir la corrupción de una forma más amplia en las instituciones europeas.
Se creará una comisión especial que tendrá como responsabilidad detectar posibles deficiencias en las normas que rigen las actividades en el Parlamento Europeo para presentar propuestas de reforma, y se formará una comisión para investigar el Qatargate y actuaciones inadecuadas por parte de terceros países. La prioridad será identificar los que tratan de comprar capacidad de influencia en Bruselas.
El texto exige que se designe al vicepresidente del Parlamento Europeo como responsable específico para las cuestiones de integridad y lucha contra la corrupción y la injerencia extranjera. La Comisión Europea deberá presentar una propuesta para crear un órgano encargado de cuestiones de ética. Para la izquierda europea dicha instancia deberá tener capacidad de investigar y sancionar.
Ante la preocupación por los posibles conflictos de intereses causados por los “empleos paralelos” de los eurodiputados, existe el compromiso de presentar una declaración patrimonial al principio y al final de mandato. La información debe incluir los ingresos paralelos y será sólo accesible a las autoridades competentes. Los eurodiputados quieren que la reforma incluya la “prohibición a escala de la Unión de las donaciones de terceros países a diputados y partidos políticos”.