Por Sebastián García Méndez

Toda la Liguilla fue un martirio para el América, pero saber sufrir se convirtió en su mejor arma. Hoy, frente a Cruz Azul en la gran final, no fue la excepción, pero el martirio llegó a su fin.

Las Águilas de André Jardine se impusieron en el Estadio Azteca (1-0) con gol de Henry Martín y alcanzaron la estrella 15. El Bicampeonato del América al fin llegó.

Igual que en la Temporada 1988-89, en el Clausura 2013 o en el Apertura 2018, los de Coapa le repitieron la dosis a La Máquina para confirmar que el futbol mexicano y la Ciudad tienen dueño.

Nada para nadie en el primer tiempo, pero de no ser por Luis Ángel Malagón, la historia habría sido diferente. Con dos soberbias atajadas en la primera mitad y una más en la parte complementaria, el portero de las Águilas fue el héroe azulcrema que la afición esperaba.

América sufría para cruzar el mediocampo, pero llegó “la manita” del árbitro Marco Antonio Ortiz. El silbante marcó un penalti de Rodolfo Rotondi sobre Israel Reyes, tras confirmar en el VAR, Henry Martín lo hizo válido.

Ensordecedor grito de gol en el Coloso de Santa Úrsula. El pueblo americanista saboreaba su primer bicampeonato en torneos cortos. El cierre fue sufrimiento total.

Ni la cábala del 33 ni la lírica de Julieta Venegas o la magia de Martín Anselmi. Nada salvó a este Cruz Azul que sigue sufriendo ante su nemesis y acérrimo rival; la décima tendrá que esperar.

“El Gato” pitó el final y las Águilas se colocaron a tres títulos de las Chivas, para confirmarse como el más grande y ganador de México… por si quedaban dudas.

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