El Congreso de Estados Unidos aprobó ayer por la noche el gigantesco plan de inversión en infraestructuras lanzado por el presidente Joe Biden.
La adopción de este plan de 1.2 billones de dólares es una victoria parcial para el mandatario estadounidense, que no consiguió que se votara su otro ambicioso plan de 1.7 billones para reformar el sistema de protección social del país e invertir en la lucha contra el calentamiento global.
El paquete de financiación, que sí pasó con 228 votos a favor y 206 en contra, se basó en los votos republicanos para cruzar la línea de meta.
Con él se aumentará el gasto del gobierno en carreteras, puentes y aeropuertos, así como los fondos para transporte público, agua y banda ancha.
El mandatario había batallado por meses para pasar dos planes ambiciosos, uno de 1.2 billones de dólares para renovar las carreteras, los puentes y la red de Internet, y otro, de 1.7 billones, para reformar profundamente el sistema de protección social del país e invertir en la lucha contra el calentamiento global.
La votación le da a Biden una victoria sobre un importante proyecto de ley bipartidista, pero que tardó meses en aprobarse en el Congreso y reveló profundas divisiones en el Partido Demócrata