Por Sebastián García Méndez

De pelear por el liderato del grupo, México está al borde de la eliminación en la Copa América, luego de caer (1-0) ante Venezuela en su segundo partido. Otra increíble historia para el gris equipo de Jaime Lozano.

Del ímpetu del primer tiempo, a la eterna historia del ya mérito en la segunda mitad. Salomón Rondón con un penalti al minuto 57 acabó con la ilusión del cuadro nacional.

México fue mejor en el primer tiempo, pero de nada sirvió. Santiago Giménez sigue sin responder a las expectativas y deseos de la afición mexicana. Tuvo la más clara del Tricolor y la dejó escapar de forma increíble.

La intensidad de México fue sorpresiva y el juego abierto como lo deseaban, pero la falta de creatividad en el ataque mexicano y en el banquillo volvieron a imperar a una desangelada Selección Mexicana.

Julián Quiñones derribó dentro del área a Eduard Bello, jugador del Mazatlán FC, para que otro delantero de la Liga MX, Salomón Rondón, hiciera válida la pena máxima.

Volcados al frente, los mexicanos encontraron una mano dentro del área que tras revisarse en el VAR se marcó como penalti. No habría otra oportunidad, era matar o morir, pero Orbelín Pineda falló. El meta Rafael Romo detuvo el cobro al minuto 87.

El grito homofóbico no se hizo esperar, los abucheos a México tampoco y así fue como la Selección Mexicana ofreció otra negra noche a su afición en suelo estadounidense.

El próximo domingo, en Arizona ante Ecuador, México se juega la vida en la Copa América. Ganar. No hay otra opción para el equipo de Jaime Lozano o se regresan a casa con otro fracaso en sus maletas.

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