Estamos viviendo en todo el mundo crisis por la inflación y retos ante el cambio climático, no se debe bajar la guardia contra el combate al lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo, manifestó la vicepresidenta del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), Elisa de Anda Madrazo.

“Hay un elevado nivel de incertidumbre en el mundo por la inflación y el efecto del cambio climático, pero el crimen organizado no merece tregua”, advirtió la primera mujer mexicana en ocupar este alto cargo en el organismo antilavado con sede en París, Francia.

Durante su participación en el quinto Congreso Internacional de Prevención de Lavado de Dinero y Financiamiento al Terrorismo organizado por Thomson Reuters, sentenció que estos ilícitos tienen un impacto negativo a gran escala.

Por eso, dijo que debe seguir siendo la máxima prioridad no sólo para el gobierno de los países miembros, sino también para el sector público y privado.

Entre las prioridades, señaló hay que continuar reforzando y aplicando la regulación para la identificación del beneficiario final en las operaciones que la delincuencia utiliza para ocultarlos.

NEGOCIO OSCURO

Respecto del tráfico de migrantes, la vicepresidenta del GAFI afirmó que se trata de un negocio oscuro en el que independientemente de la cuantificación de ganancias ilícitas, lo más importante es la afectación de las vidas de los seres humanos que son víctimas.

Alrededor de éstas “pandillas”, alertó, hay tráfico de drogas y contrabando en donde los criminales se han sofisticado con el uso del internet para acercarse a mujeres a quienes engañan haciéndose pasar por agencias de trabajo para engancharlas.

Informó que el GAFI ha elaborado indicadores para que las empresas y entidades financieras puedan detectar a clientes que están involucrados con esos esquemas de tráfico de personas.

Hizo ver la importancia de que no sólo se pueda rastrear a los criminales, también confiscar sus ganancias y recursos ilícitos, pues sólo el 1% se recupera.

Otro frente que mencionó Elisa de Anda en el que están combatiendo el lavado de dinero, es el que representan los riesgos ambientales con el tráfico de especies.

“Es un negocio ilícito redituable; tan sólo por la tala de árboles deja alrededor de 100 mil millones de dólares”, puntualizó.

La también funcionaria en la Secretaría de Hacienda, ponderó que los métodos y técnicas para el ocultamiento de los fondos de procedencia ilícita, “han madurado”, por lo que representa un desafío para el sistema financiero.

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