Washington.- Miles de manifestantes contra la guerra en Gaza se concentraron el miércoles en Washington para condenar la visita del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, coreando “Palestina libre” mientras marchaban hacia el Capitolio, antes de que la policía arrojara gas lacrimógeno contra parte de la multitud, a la vez que el premier defendió, en un encendido discurso ante el Congreso de Estados Unidos, la ofensiva en Gaza.

Los manifestantes que piden el fin de la guerra, que ha matado a más de 39 mil palestinos, llenaron varias cuadras mientras recorrían las calles de la capital del país enarbolando banderas palestinas y letreros con mensajes como “Arresten a Netanyahu” y “Basta de ayuda de Estados Unidos a Israel”. Afuera de la estación Union Station de Washington, los manifestantes retiraron banderas estadounidenses e izaron en su lugar otras palestinas, entre ovaciones masivas de la multitud.

“¡Bibi, Bibi, no hemos terminado! ¡La intifada apenas comienza!”, gritaban, llamando a Netanyahu por su sobrenombre. “Netanyahu, no puedes esconderte. Estás cometiendo genocidio”, coreaban otros manifestantes.

Netanyahu pide le den “las herramientas más rápido para terminar más rápido”

En el Congreso, Netanyahu declaró que “Estados Unidos e Israel deben permanecer unidos. Cuando nos mantenemos unidos, sucede algo muy simple: nosotros ganamos, ellos pierden”, dijo en referencia a Irán y a Hamas, desatando la ovación de los legisladores, en su mayoría republicanos dado que decenas de demócratas boicotearon la comparecencia.

La invitación al primer ministro para dar un discurso ante el Congreso fue una propuesta del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, en medio de la creciente tensión entre Netanyahu y la administración demócrata de Joe Biden por la guerra en Gaza.

A pesar de ser el mayor suministrador de armas de Israel, el gobierno de Estados Unidos ha sido crítico con los bombardeos israelíes sobre zonas densamente pobladas, los ataques a hospitales y las restricciones a la entrada de ayuda humanitaria.

Netanyahu no moderó su tono y aseguró que la guerra continuará hasta la “victoria total” sobre Hamas, al tiempo que evitó ahondar sobre las negociaciones que impulsan Estados Unidos, Qatar y Egipto para lograr un alto el fuego y la liberación del resto de rehenes secuestrados por el grupo islamista palestino.

El primer ministro, al que cada vez más familiares de rehenes acusan de prolongar deliberadamente el cierre de un acuerdo, se hizo acompañar en la tribuna por Noa Argamani, secuestrada en el festival de música que atacó Hamás y liberada recientemente en un operativo.

Netanyahu calificó de “sinsentido” las acusaciones de crímenes de guerra, aseguró que en el ataque a la ciudad de Rafah casi no murieron civiles y presionó a Estados Unidos para que acelere el envío de armamento.

“Dennos las herramientas más rápido y terminaremos el trabajo más rápido”, dijo sobre la ofensiva que ha matado a 39 mil palestinos desde el 7 de octubre, cuando Hamas asesinó a mil 200 personas en Israel.

Policía lanza gas lacrimógeno a propalestinos

Numerosos manifestantes se concentraron cerca del Capitolio antes de iniciar la marcha previa al discurso de Netanyahu ante el Congreso, pero la policía les impidió acercarse al edificio. La policía dijo que utilizó gas pimienta después de que algunos manifestantes se habían vuelto “violentos” y “no obedecieron” las órdenes de retroceder ante la línea policiaca.

Antes del discurso de Netanyahu, algunos manifestantes intentaron bloquear su camino hacia el Capitolio, pero fueron desalojados de la calle por la policía. Tras ser repelidos por los agentes cerca del Capitolio, los manifestantes recorrieron varias cuadras del barrio de Capitol Hill antes de reunirse frente a la cercana estación de trenes.

En el exterior de Union Station, al menos cuatro manifestantes fueron esposados y llevados por la policía. Los manifestantes gritaron “Déjenlos ir” a los agentes que formaban un círculo. Una persona agarró el escudo antidisturbios de un policía y luego levantó los puños en posición de lucha. Se observó a un agente arrebatar una bandera palestina a una mujer y arrojarla a un lado. Al menos un manifestante parecía estar abrumado por los efectos del gas lacrimógeno.

Se escucharon gritos de júbilo mientras se quemaba lo que parecía ser un retrato de Netanyahu hecho con papel maché. Los manifestantes pintaron grafitis en un monumento a Cristóbal Colón, entre los que figuraban las palabras “Hamás viene” en grandes letras rojas. “Gaza libre” estaba garabateado en verde.

Entre los manifestantes había un grupo de artistas de Baltimore que llevaban una enorme escultura de papel maché que representaba al presidente Joe Biden con sangre en las manos y cuernos de diablo.

Mary Kaileh, una palestina que se trasladó a Estados Unidos desde la Franja de Gaza hace 17 años y que ahora vive en Baltimore, dijo que su pueblo ha sido ignorado y maltratado durante décadas. No está convencida de que las protestas cambien algo para convencer a los políticos estadounidenses de actuar, pero no se iba a quedar en casa.

“Me encanta, pero no veo sus efectos”, dijo.

Aunque muchos de los manifestantes han condenado a Israel, otros le han expresado su apoyo y han instado a Netanyahu a alcanzar un acuerdo de alto el fuego en la guerra con Hamas y a devolver a casa a los rehenes que siguen en manos del grupo armado.

Muchos judíos estadounidenses consideran que la guerra en Gaza es justa porque se produjo en respuesta al ataque de Hamas del 7 de octubre, aunque no apoyen abiertamente a Netanyahu y su política. Las familias de los rehenes tomados por Hamas también están protestando, exigiendo a Netanyahu que acepte un acuerdo de alto el fuego que libere a sus seres queridos.

Netanyahu: estos son sus planes para Gaza

El líder israelí abordó uno de los puntos que más confrontación ha generado con Washington: el futuro de Gaza.

Netanyahu prometió que no tiene planes para reocupar el territorio gazatí, pero defendió que Israel debe mantener el “control de la seguridad” del enclave para garantizar que no vuelva a ser una amenaza.

No hizo ninguna referencia a la formación de un gobierno único para la Franja de Gaza y Cisjordania, ni a la creación de un Estado palestino independiente, que son los planes oficiales de Estados Unidos.

Mientras Netanyahu hablaba, cerca de cinco mil personas lo acusaban de “genocida” y protestaban contra su presencia en las inmediaciones del Congreso, totalmente blindado con vallas de seguridad, en una manifestación que contó con la presencia de la actriz y activista Susan Sarandon.

Dentro del hemiciclo, la congresista demócrata de origen palestino Rashida Tlaib llevaba un abanico que llamaba “criminal de guerra” a Netanyahu y seis personas del público fueron detenidas por interrumpir la sesión con consignas a favor de un alto el fuego.

El primer ministro arremetió en contra de los manifestantes y los llamó “idiotas útiles” del gobierno iraní, a quien acusó de financiar las protestas contra la guerra en Gaza que durante semanas sacudieron las universidades estadounidenses.

Reuniones con Biden, Harris y Trump

La visita de Netanyahu llega en un momento de turbulencias políticas en Estados Unidos por el intento de asesinato contra el expresidente y candidato republicano Donald Trump (2017 -2021) y la renuncia de Biden a su campaña de reelección.

La presumible nueva candidata demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, fue una de las grandes ausentes en el discurso de Netanyahu, a pesar de que dentro de sus funciones está la de presidir el Senado.

Sin embargo se espera que el primer ministro se reúna el jueves con Biden, recién recuperado del Covid-19, y con Harris en Washington, y que el viernes se entreviste con Trump en la mansión que el magnate tiene en Florida.

Durante su discurso, Netanyahu aprovechó para agradecer el apoyo a Israel de Biden, a quien llamó “sionista”, pero también para endulzar los oídos de Trump, a quien aplaudió por haber trasladado la embajada estadounidense a Jerusalén durante su mandato.

Con su cuarto discurso en el Congreso, Netanyahu es ya el mandatario extranjero que más veces se ha dirigido a los legisladores estadounidenses, superando las tres veces que lo hizo el británico Winston Churchill.

nro/mgm

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