Por Édgar Luna Cruz

El juego estaba preparado para que Cruz Azul saliera con los tres puntos de La Corregidora. En el papel, los Gallos no tenían nada que hacer contra los cementeros, pero el futbol no es de suponer, es de hacer y la realidad es que La Máquina cosechó lo que hizo en La Corregidora. Apenas rescató el empate (2-2).

Si la justicia se hubiera hecho presente en el estadio de los Gallos, en un juego que fue pospuesto – se debía realizar en la Jornada 4- para que la gente de Querétaro pudiera llenar el castigado inmueble, la victoria se la debió llevar el cuadro local, eso fue lo más justo que pudo pasar sobre el terreno de juego, porque Querétaro fue mejor que Cruz Azul la mayor parte de partido, por merecimiento debía salir con la mano en alto.

Pero los pecados del pasado se hicieron presentes y con el juego en la bolsa, con la ventaja de 2-1 al minuto 88, vino la iguala para quien menos lo buscó y menos lo merecía

El punto la sirve de poco a ambos. Querétaro, condenado a pagar la multa por ser de los últimos del cociente, apenas llegó a diez puntos; Cruz Azul, que no alcanza a entender lo que significa el ser dirigido por el Tuca, arribó a 17, desperdiciando el juego pendiente que tenía.

Partido que en la primera parte se movió según quiso Ricardo Ferretti. Mucho mover el balón y poco llegar a la portería rival, aunque Querétaro siempre fue el que quiso más, tanto que fue el primer en meter el balón al fondo de la portería, pero el gol fue anulado.

Cruz Azul llegó dos veces en la primera parte, en la segunda concretó gracia a un balón suelto que le quedó a Alonso Escoboza (42’).

Gol, ventaja cementera, y eso en un equipo de Ricardo Ferretti debe de ser suficiente, peor no cuando se viste de azul. Querétaro adelantó líneas, el Gallo ya no tiene nada que perder y bajo ese argumento se fue el abordaje.

Jesús Corona comenzó a ser factor, de la banca no hubo respuesta y el empate cayó obra de Rafael Hernández (57’) y después vino el que parecía definitivo, de parte de Miguel Barbieri (86’).

El Tuca hervía de coraje y para tratar que el regaño no fuera tan fuerte La Máquina fue en la agonía por el empate que lo consiguió por parte de Augusto Lotti (88’).

Cruz Azul lo pudo ganar, pero Querétaro también. La verdad es que La Máquina volvió a decepcionar cuando más se esperaba de ella. Mereció perder, apenas se salvó.

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