Los bebés son adorables y lo que provoca es abrazarlos, agarrarles las manitos o caerles a besos, pero si quieres demostrarle a mi hija cuánto la quieres de esa forma, no lo hagas: con la mejor de las intenciones, podrías contagiarle alguno de los virus respiratorios que en las últimas semanas han llevado a hospitales pediátricos de todo EEUU al límite de su capacidad. Uno, en particular, está arreciando con más fuerza de la habitual este año: el virus sincitial respiratorio (VSR o RSV, por sus siglas en inglés). En adultos parece un resfriado común, pero puede ser muy delicado para los pequeños, publica Univisión.com en su portal, en su sección de Salud.

En estos momentos, la cantidad de contagios es tan elevada que ya muchos centros pediátricos en varios estados se están quedando sin camas para poder atenderlos. La capacidad a nivel nacional es la más alta registrada en los últimos dos años: 71% del total de 40,000 disponibles, según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos. “He trabajado en Connecticut Children’s durante 25 años y nunca había visto este nivel de aumento, específicamente de VSR, en nuestro hospital”, dijo a CNN, Juan Salazar, médico en jefe de esa institución.

Entre los miles de niños que batallan actualmente contra este virus en una unidad de cuidados intensivos está el de Leslie Cook. “Para quienes no lo saben, nuestro hijo de tres meses ha estado conectado a un respirador artificial y a un tubo gástrico por cuatro días debido al virus respiratorio sincitial”, escribe en su cuenta de Twitter, en la que exhorta a la gente a tomar medidas para evitar contagiar a los más pequeños. “Puede que sea un mero resfriado para ti, pero es cuestión de vida o muerte para estos bebés”, insiste.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades cada año aproximadamente 57,000 menores de cinco años son internados en un hospital por el virus sincitial respiratorio, que es la primera causa de hospitalización en menores de 12 meses y suele transmitirse por el aire o al tocar superficies contaminadas donde puede permanecer hasta 48 horas, informa Univisión.com.

Se cree que durante la primera fase de la pandemia muchos pequeños no entraron en contacto con él y, por tanto, ahora sufren síntomas más severos. Para los adultos y la mayoría de los niños, el VSR usualmente no pasa de un resfriado (una simple congestión con tos o, si acaso, fiebre). Pero a veces puede ocasionar severa dificultad respiratoria especialmente en los más pequeños o en personas con el sistema inmune comprometido. Dos de cada 100 niños menores de 6 años que lo contraen deben ser hospitalizados.

“¿Ustedes creen que la persona que llega con gripe o enferma a besar a su bebé va a estar con ustedes en el hospital? Ya sabemos la respuesta: No”, dice el pediatra Ilan Shapiro al insistirle a los papás con niños pequeños que tomen precauciones durante esta temporada en la que “estamos viendo muchas más hospitalizaciones que antes”. Así que no es paranoia de mamás sobreprotectoras. Es el llamado de pediatras y autoridades sanitarias a los bienintencionados que, por no saber o no importarles, se precipitan a agarrarle las manitos o caerle a besos a los bebés de los demás.

“Por favor no te ofendas cuando alguien no te deje cargar o besar a su bebé. Su mamá simplemente lo está protegiendo y con derecho”, exclama en una publicación de Facebook Sara Delke, una madre que subió un video en el que se escucha a su bebé de 10 meses toser y recibir un tratamiento de nebulización. “Se siente tan mal y ahora su hermano empezó con congestión nasal y fiebre. Es por eso que hay que mantener a los niños protegidos y nunca besar a un recién nacido”, agrega en el post.

Pedirle a alguien (especialmente si es un familiar o amigo) que no se le acerque tanto a tu bebé o no lo le bese las manitos es incómodo. Yo no siempre he sido capaz de hacerlo o por vergüenza o ‘buena educación’, pero cada vez más intento que eso no me frene. Después de todo, mucho mayor será el arrepentimiento si mi hija llega a enfermarse. Si te pido que uses el sanitizador de manos o quizá te pongas un tapabocas antes de cargarla, por favor no te ofendas: no es nada personal: las madres simplemente tenemos que confiar en nuestro instinto protector.

Es cierto que los niños se enferman y que es parte del curso natural de crecer mientras se va desarrollando el sistema inmune, pero también es nuestra responsabilidad hacer lo que podamos para evitar que contraigan enfermedades que podrían dejarlos en el hospital, especialmente si no hay camas pediátricas suficientes para atenderlos. “Los pediatras y médicos de familia recomiendan no besar en la cara del bebé para no transmitirles enfermedades que pueden estar en saliva o secreciones respiratorias. Besar en la parte de atrás de la cabeza (cerca de la nuca) del bebé es preferible. El mismo principio aplica a tocarles las manos, pues podemos transmitir agentes infecciosos a sus manitas y ellos se las van a llevar a la boca después”.

El pediatra Ilan Shapiro concuerda y así se lo explica a los papás en su consulta: “Es una inversión de tiempo. El bebé en esta etapa necesita un poco más de protección, pero después habrá muchísimos años más para ser abrazado por la familia”. Por eso, si tienes lo que crees que es sólo un resfriado, por favor quédate en casa (o al menos no traigas tus gérmenes a la mía). Y así no presentes síntomas, cumple con medidas de higiene. Nadie puede saber con certeza si está o no incubando algo.

Consejos

-Lávate las manos mucho y correctamente. Eso quiere decir con jabón durante 20 segundos y mejor si es agua caliente. En su defecto, usa el sanitizador de manos. La gente infectada por RSV puede dejar los gérmenes dondequiera que toca y ahí pueden permanecer de 24 a 48 horas.
-Evita los besos, abrazos o compartir cubiertos con personas enfermas (y mejor abstente del todo si se trata de un bebé).
-Cúbrete la boca al estornudar o toser (con un papel desechable, con el codo -nunca las manos- o hazlo dentro de tu camisa).
-Si vas a estar cerca de un bebé, considera el uso del tapabocas y evita lugares encerrados y muy conglomerados en esta temporada de virus respiratorios.

Otra cosa que puedes hacer es estar al día con tus vacunas y asegurarte que tu bebé también lo esté. Desafortunadamente, no hay una contra el VSR, pero los científicos están trabajando para desarrollarla. Lo que sí existe es una medicina que se administra únicamente a los niños que nacen prematuros (menos de 29 semanas) o que tienen condiciones pulmonares crónicas. También está atento a los síntomas: fiebre, congestión nasal los dos primeros días y luego tos, sibilancias en el pecho y, a veces, dificultad respiratoria.

Casi inevitable, pero sí postergable
El contagio de VSR tarde o temprano ocurrirá. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades es un virus tan común que la mayoría los niños lo contraen en sus primeros dos años de vida, algo que quizá ya no aplica tanto en este mundo postpandemia.

Que tu bebé lo contraiga no implica que necesariamente vaya a desarrollar complicaciones, pero mejor prevenir que lamentar. El virus sincitial respiratorio se puede presentar de muchas maneras: congestión y tos o peor, como dificultad respiratoria o neumonía. Si no está comiendo bien, tose mucho o tiene dificultad respiratoria es mejor consultar al médico.

¿Cómo saber si hay dificultad respiratoria? Si hunden mucho la barriga al respirar (retractaciones intercostales) o si sus fosas nasales se inflan mucho. También si respiran más rápido de lo normal (para ello, puedes revisar cuántas respiraciones por minuto son las adecuadas por edad). Esto es algo que también aprendí con mi segundo hijo.

Con él pasé innumerables y largas noches contando respiraciones por minuto, nebulizándolo cada cuatro horas y debatiéndome a cada instante si correr o no al hospital. Si quieres evitarnos a mí, a mi pequeña y a miles de madres y niños estos malos tragos solo te pido una cosa: no beses, toques las manos, ni te le acerques demasiado a los bebés pequeños en las próximas semanas.

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