Si el juego fuera de 45 minutos, se estaría aliviado, feliz, satisfecho, con esperanza. Al fin volvió el nivel que se quiere ver de la Selección Mexicana. Hay esperanza de competir en Qatar.

Pero fue de 90, y ahí la realidad le pegó al Tricolor, que de ir ganando 2-0, terminó perdiendo 2-3 ante Colombia.

Juego de dos pistas, de dos caras, donde hay que alabar lo bien que se jugó el primer tiempo y condenar al desastre el que hubo en el segundo. Siendo positivos, habría que quedarse con los 45 minutos iniciales, pero no negar que a la hora de los cambios, el cuadro cafetalero deslumbró y México se ensombreció.

De esta forma el Tricolor dijo adiós a su afición, con algunas respuestas contestadas, pero con dudas por resolver. La próxima vez que el equipo esté completo será en Europa, ya cuando Qatar esté más cerca.

Pero, cerca de qué…

La pregunta es: ¿Por qué esperar tanto tiempo para jugar así? ¿Por qué aguantar tanto tiempo para entender que con otro parado se puede actuar de mejor manera?

Quizá Gerardo Martino esperaba hasta este momento para mostrar sus cartas. Quizá era la sorpresa que se tenía guardada.

Primer tiempo donde el equipo mexicano se mostró inteligente y contundente. Con un Andrés Guardado jugando como doble contención, poniendo pausa y ritmo de juego, sin pisar tanto el área contraria. Destacando las subidas de Gerardo Arteaga, la desfachatez de Alexis Vega, las ganas de Uriel Antuna, el quitar balones de Erick Gutiérrez y la inteligencia de Henry Martín.

El 2-0 fue más que justo para México. El penalti marcado por Vega (5’), fabricado por Uriel Antuna y el gran gol de Gerardo Arteaga (28’), después de una mágica finta de Vega hacía que la ilusión regresara, provocaba pensar que los malos momentos habían pasado.

Alexis Vega tuvo el tercero al final de la primera parte, y matar al rival fue lo que le faltó a México, porque en el segundo tiempo todo cambió.

Inició la segunda parte y alguien gritó: “¿Qué es eso?”. Alguien cambió a Colombia, pero lo peor es que algo le pasó al equipo mexicano que fue superado de inicio a fin.

La ventaja se diluyó rápidamente. En un tiro de esquina, Luis Sinisterra marcó de cabeza (48’), aunque se pudo marcar una falta. Vino un desborde que dejó solo a Sinisterra en el área quien cruzó para empatar (52’) y lo peor fue el golazo de Wilmar Barrios, una volea de fuera del área que coronó el gran momento colombiano (68’).

México intentó reaccionar. La entrada de Diego Lainez dio otra velocidad y juego a México, pero el gol del empate no llegó.

Gran primer tiempo de México; pésima segunda parte. ¿Fue una ilusión y de ilusión es lo que vivirá México en Qatar?

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