Por Mariana Lebrija Clavel
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) acaba de dar a conocer que “El Niño”, un evento climático que aumenta las temperaturas a escala global, entre cada dos a siete años, ya comenzó, por lo que piden a los gobiernos mundiales tomar medidas oportunas que protejan la vida tanto de sus ecosistemas como de sus pobladores pues, de acuerdo a los pronósticos, este fenómeno climático se extenderá en lo que resta del 2023 y, su impacto como sus consecuencias, serán más evidentes en 2024.
A poco tiempo de que esta misma organización confirmara el fin de “La Niña”, a principios de año, ahora declara el inicio de “El Niño”, el cual -probablemente- nos haga alcanzar las temperaturas más altas jamás registradas pues, de acuerdo con la denominación que la OMM ofrece, se trata de un patrón climático que ocurre cuando la temperatura de la superficie de los océanos aumenta de forma anómala.
Este tiende a suscitarse de entre cada dos a siete años, de hecho, la última vez que se registró este evento fue en 2016, hace exactamente siete años.
En esta ocasión -informa la OMM- se ha desarrollado a partir del Pacífico tropical, el cual comprende el territorio del centro y sur de América, a lo largo de 2 millones de kilómetros cuadrados.
Pero, para comprender mejor cómo se suscitó, es importante mencionar a “La Niña” que, en sentido opuesto a lo que produce “El Niño”, es responsable del enfriamiento anómalo de los océanos, por lo que al comenzar una etapa activa de “El Niño” seremos testigos de altas en la temperatura como no estamos acostumbradas ni acostumbrados.
Esta resolución de la OMM sucedió luego de observar que, a finales de junio, las temperaturas promedio aumentaron alrededor de medio grado Celsius, por encima del promedio, con un valor de +0,9 grados centígrados. Para que te des una idea de la diferencias de temperaturas que experimentamos hoy con las que vivimos en 2022, el año pasado se registraba en un promedio de -0,44.
Entre los pronósticos que la organización meteorológica ha hecho de “El Niño”, se espera que este perdure en lo que resta del 2023 pues, otra de sus características es que se mantiene activo entre seis a 12 meses. Otro de los pormenores de los que se habla en el comunicado es que su fuerza alcanzará una magnitud media que, en comparación de la que tuvo en 2016, será más moderada pues ese año fue calificada como “excepcionalmente fuerte”.
De hecho, ese es el año que cuenta con las temperaturas más cálidas registradas, sin embargo, en otro documento -publicado hace tan sólo unas semanas- la OMM señala que, lo más probable, es que dicho récord de temperatura sea superado en cualquiera de los cinco años que están por venir.
Los porcentajes sugieren que, entre el 2023 al 2027, habrá en 66% de probabilidad de que la temperatura global anual alcance los 1,5 °C, precisamente la cifra que -mediante el Acuerdo de París- los gobiernos mundiales se han comprometido a combatir.
Frente a “El Niño”, las voces de expertos piden comenzar a tomar precauciones
En el comunicado de la OMM se comparten, además, una serie de declaraciones de un grupo de expertos de la OMM que, preocupados por los efectos que este evento climático pueda causar, solicitan la atención y el compromiso de los gobiernos de alrededor del mundo para combatir sus consecuencias de forma oportuna, ya que -de no tomar las medidas adecuadas- este aumento de temperaturas podría poner en peligro a la población.
“La aparición de El Niño aumentará en gran medida la probabilidad de romper récords de temperatura y desencadenar un calor más extremo en muchas partes del mundo y en el océano”, estima Petteri Taalas, secretario general de la OMM.
“Las alertas tempranas y la acción anticipatoria de los fenómenos meteorológicos extremos asociados con este importante fenómeno climático son vitales para salvar vidas y medios de subsistencia”, sentenció, por lo que espera que dicha declaración se convierta en una señal para que los gobiernos de todo el mundo movilicen los preparativos y limiten los impacto que “El Niño” puede producir a la salud.
“(Se trata) de una llamada de atención, o una advertencia temprana, de que aún no vamos en la dirección correcta para limitar el calentamiento dentro de los objetivos establecidos en París en 2015, diseñados para reducir sustancialmente los impactos del cambio climático”, dijo -por su parte- Chris Hewitt, director de servicios climáticos de la organización.