A veces puede parecer que los humanos han alterado la Tierra sin posibilidad de reparación.
Pero nuestro planeta es un sistema increíble en el que la energía, el agua, el carbono y mucho más fluye y nutre la vida. Tiene una edad de cerca de 4 mil 500 millones de años y ha experimentado enormes cambios.
En algunos puntos de la historia de la Tierra hubo incendios ardiendo en grandes áreas. En otros, gran parte del planeta estaba cubierto de hielo. También ha habido extinciones masivas que acabaron con casi todos los seres vivos en su superficie.
Nuestro planeta viviente es increíblemente resiliente y tiene la habilidad de sanarse a sí mismo con el tiempo.
El problema es que sus sistemas de autorreparación son muy, muy lentos. La Tierra estará bien, pero los desafíos que enfrenta la humanidad son más inmediatos.
“La extinción es permanente, por lo que la única forma efectiva de reducirla es ser más cuidadosos con la protección de animales, plantas y otras especies”.
Los seres humanos hemos dañado los sistemas que nos sostienen de muchas maneras.
Hemos contaminado el aire y el agua, esparcido plástico y otros tipos de basura en la tierra y en los océanos y ríos, y destruido hábitats de plantas y animales.
Pero sabemos cómo ayudar a que los procesos naturales reduzcan el impacto de muchos de estos cambios.
Y ha habido mucho progreso desde que la gente empezó a darse cuenta de estos problemas hace 50 años.
Aún quedan problemas por resolver. Algunos contaminantes, como el plástico, duran miles de años, por lo que es mucho mejor dejar de liberarlos que tratar de recolectarlos más tarde.
Y la extinción es permanente, por lo que la única forma efectiva de reducirla es ser más cuidadosos con la protección de animales, plantas y otras especies.
Revertir el cambio climático
El daño más grave que los humanos están causando a la Tierra proviene principalmente de la quema de carbón, petróleo y gas, que está calentando drásticamente la temperatura del planeta.
La quema de estos combustibles a base de carbono está cambiando la química y la física fundamentales del aire y los océanos.
Cada trozo de carbón o litro de gasolina que se quema libera dióxido de carbono a la atmósfera. Allí calienta la superficie de la Tierra, provocando inundaciones, incendios y sequías.
Parte de este dióxido de carbono añadido se disuelve en los océanos y los vuelve más ácidos, lo que amenaza las redes alimentarias de los océanos.
El cambio climático es un problema que empeorará hasta que los seres humanos dejen de empeorarlo, y luego el clima tardará muchos siglos en volver a ser como era antes de la Revolución Industrial, cuando las acciones humanas comenzaron a alterarlo a gran escala.
La única forma de evitar que las cosas empeoren es dejar de quemar carbono. Eso significa que los países deben trabajar duramente para construir un sistema energético que ayude a todos a vivir bien sin la necesidad de quemar carbono.
La buena noticia es que sabemos cómo generar energía sin liberar dióxido de carbono y otros contaminantes.
Limpiar el suministro global de electricidad y luego electrificar todo puede evitar muy rápidamente que la contaminación por carbono empeore.
La electricidad generada a partir de la energía solar, eólica y geotérmica es ahora la energía más barata de la historia.
Esto requerirá automóviles y trenes eléctricos, calefacción y cocinas eléctricas y fábricas eléctricas. También necesitaremos nuevos tipos de sistemas de transmisión y almacenamiento para llevar toda esa electricidad limpia desde donde se produce hasta donde se usa.
El resto del impacto del carbono se podría limpiar mediante una mejor gestión agrícola y forestal que almacene carbono en la tierra y las plantas, en lugar de liberarlo a la atmósfera. Este también es un problema que los científicos saben cómo resolver.
La Tierra ciertamente sanará, pero puede tomar mucho tiempo. La mejor manera de comenzar es que todos hagan su parte para evitar que el daño empeore.