Nueva York.— El expresidente de Estados Unidos Donald Trump (2017-2021) evitó ayer hablar de la pregunta que todo el mundo se hace en Estados Unidos sobre si irá a la cárcel y cómo afectará eso a su campaña presidencial, y se dedicó a pintar un país en llamas por culpa del gobierno de Joe Biden. Además, adelantó que apelará la decisión del jurado que lo declaró culpable de 34 cargos.

Dijo: “No nos permitieron traer a testigos, no nos permitieron hablar, no nos permitieron hacer nada”. “El juez fue un tirano”, concluyó, en alusión al juez Juan Merchan, que presidió el tribunal.

“Fue muy injusto… vieron lo que le ocurrió a algunos de los testigos de nuestro lado. Literalmente los crucificaron”, afirmó Trump en un discurso en la Trump Tower de Manhattan al día siguiente de la histórica decisión judicial contra un expresidente estadounidense.

“Vamos a apelar esta estafa (…) basándonos en diferentes elementos”, afirmó el magnate republicano, que aspira a volver a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre. En una rueda de prensa, lanzó por 35 minutos una andanada de insultos y alegaciones no confirmadas, reflejo de su evidente ira. Tras referirse a sus adversarios como “enfermos” y “fascistas”, se fue sin dejar lugar a preguntas.

“Me impusieron una ley mordaza, he tenido que pagar miles de dólares en multas y sanciones y me amenazaron con mandarme a la cárcel, soy el candidato puntero y soy el principal candidato presidencial (…) y me imponen una ley mordaza. La corte trabajó en conjunto con la Casa Blanca (…) Me persiguen porque lidero en las encuestas”, añadió Trump.

Trump se tomó su tiempo para atacar la parte central del delito por el que fue condenado, el pago irregular a una actriz porno y la falsificación de registros comerciales para ocultarlo, y dijo que él únicamente se dedicó a pagar “gastos legales”, y que todo fue “muy profesional”, sin nombrar en ningún momento a su exabogado Michael Cohen, que fue quien reveló aquellos pagos y se convirtió en pieza principal del caso.

Con respecto a los sondeos, se jactó de haber visto uno realizado en las horas posteriores al veredicto por el diario sensacionalista Daily Mail en el que él está seis puntos por delante de su rival, el demócrata Joe Biden. Al igual que se jactó de que el veredicto parece haber dado alas a su candidatura, puesto que desde que se conoció el veredicto ha logrado recaudar la cifra récord de 52.8 millones de dólares, procedentes de pequeños donantes que han aportado cantidades de entre 21 y 50 dólares.

Fiel a su estilo caótico, saltando de un tema a otro, proclamó al empezar: “El país está en muy baja forma, [los demócratas] quieren multiplicar los impuestos por cuatro, nos quieren impedir tener automóviles con obligaciones ridículas [en alusión a las limitaciones a los motores de combustión] y dar la posibilidad a China de construir todos nuestros vehículos”.

No dejó pasar uno de sus temas favoritos, el de la inmigración, al subrayar que por la política de Biden de puertas abiertas “se permite entrar al país a gente de países desconocidos, de lugares desconocidos, con lenguas que uno nunca antes había oído”. Sin embargo, citó tres países en concreto como origen de esta oleada migratoria: República Democrática del Congo, China y Venezuela.

“Peligroso e irresponsable”

“Es peligroso, es irresponsable, que alguien diga que esto estaba amañado sólo porque no le gusta el veredicto”, dijo el presidente Biden en la Casa Blanca en sus primeros comentarios al respecto. “El sistema de justicia debe ser respetado. No debemos permitir que nadie lo derrumbe”, prosiguió el demócrata.

El juicio contra Trump muestra que “nadie está por encima de la ley”, aseguró el demócrata, quien ha intentado que los problemas judiciales de Trump no se conviertan en un tema de campaña.

El viernes más temprano, su equipo de campaña a la reeleción calificó al magnate de “desesperado” y “confundido”.

El juez instructor Juan Merchan dictará la sentencia el 11 de julio próximo.

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