El abrazo que se dio con su entrenador Gregorio Núñez resultó el mejor ejemplo de lo que significó para Donovan Carrillo su debut olímpico: Alegría en su estado más puro.

Fueron cuatro minutos en los que inundó de alegría la alba pista china, aunque se presentaron dos caídas que amenazaron con borrarle la sonrisa. Sólo una fue perceptible para los jueces, quienes lo penalizaron con una unidad. Detalle menor.

El chico que ha vuelto a poner a México en el mapa del deporte invernal siempre supo que Beijing 2022 era una aventura en la que conocería la magnitud de la justa. Acceder al podio era una simple utopía.

Quedó claro con los 138.44 puntos que recibió en el programa largo, los cuales se sumaron a los 79.69 que obtuvo en la sesión cuarta, para totalizar 218.13, bastante lejos de las preseas.

Fue lo de menos para Donovan, quien disfrutó bajó los acordes de la festiva música que eligió para su rutina. Estar en Beijing y disputar la final olímpica es un gran logro.

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