Estados Unidos retirará algunas sanciones económicas contra Venezuela, una decisión que ha tomado a petición de la oposición venezolana, que está retomando el diálogo con el gobierno del presidente, Nicolás Maduro.
Los cambios permitirán a la petrolera Chevron negociar con la estatal PDVSA “los términos de posibles actividades futuras en Venezuela”, lo que no significa que la compañía estadounidense pueda explotar o comerciar crudo venezolano, explicó durante una llamada con periodistas un alto funcionario del gobierno de EU. “No supondrá ningún aumento de los ingresos del régimen”, declaró.
El gobierno de Joe Biden quiso dejar muy claro que el anuncio tampoco conlleva un cambio en las políticas de EU respecto a Venezuela y que Washington está dispuesto a endurecer las sanciones contra el país si ve motivos para ello. “Reimpondremos las sanciones ante cualquier paso atrás en cualquier clase de negociación”, explicó la fuente.
Los portavoces del gobierno venezolano y de la Plataforma Opositora, Jorge Rodríguez y Gerardo Blyde, respectivamente, se reunieron luego de que se conociera la decisión de EU de levantar algunas sanciones económicas. “En reunión de trabajo para planes de futuro. En el rescate del espíritu de México”, informó en Twitter Rodríguez, también presidente de la Asamblea Nacional venezolana y jefe de la delegación chavista.
Entre otras medidas, Carlos Erik Malpica Flores, exejecutivo de PDVSA y sobrino de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores, será eliminado de una lista de personas sancionadas, dijeron los funcionarios.
El gobierno estadounidense recalcó que sigue considerando a Juan Guaidó presidente interino de la Asamblea Nacional elegida en 2015, y que seguirá trabajando con la Plataforma Unitaria para asegurar que se celebran elecciones democráticas en el futuro.
Decenas de venezolanos, incluidos el fiscal general del país y el jefe del sistema penitenciario, y más de 140 entidades, entre ellas el Banco Central de Venezuela, seguirán sancionados.
El Departamento del Tesoro continuará prohibiendo las transacciones con el gobierno venezolano y PDVSA dentro de los mercados financieros de EU. El presidente Maduro está bajo acusación en la Unión Americana de conspirar “para inundar a Estados Unidos con cocaína” y utilizar el tráfico de drogas como “arma contra América”.
Durante los últimos cinco años, Estados Unidos ha utilizado sanciones financieras y personales, acusaciones penales y apoyo a grupos clandestinos en una campaña fallida para derrocar a Maduro y restaurar lo que considera la democracia robada de Venezuela. Pero en marzo, funcionarios estadounidenses viajaron a Caracas para reunirse con Maduro después de que la invasión rusa de Ucrania trastornó el orden mundial y obligó a Washing- ton a repensar sus prioridades de seguridad nacional.
Tras la reunión en la capital venezolana, Maduro liberó a dos presos estadounidenses y prometió reanudar las negociaciones con sus opositores.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, tuiteó que Caracas espera que las decisiones de EU “inicien el camino para el levantamiento absoluto de las sanciones ilícitas que afectan a todo nuestro pueblo”. El senador demócrata Bob Menéndez y el republicano Marco Rubio criticaron el anuncio de la administración Biden.