Washington.— Estados Unidos salía lentamente de una histórica tormenta invernal que mató al menos a 56 personas, pero su impacto seguía sintiéndose en los aeropuertos, donde cientos de miles de pasajeros buscaban tomar un vuelo tras una cascada de cancelaciones.

Intensas nevadas, vientos helados, temperatura polares: incluso en regiones acostumbradas a los duros inviernos, la ventisca que azota al país desde hace una semana ha causado estragos, hasta el punto de que los equipos de rescate en ocasiones se han quedado varados.

El condado de Erie de Nueva York, donde se encuentra la ciudad de Buffalo, cerca de la frontera con Canadá, registra por sí solo 34 de las al menos 56 muertes relacionadas con las inclemencias del clima, según un nuevo reporte publicado ayer.

El frío se sintió en diversos grados en gran parte del país, incluidos Texas y Florida. En ambos estados del sur el tiempo mejoró el miércoles, con temperaturas en ascenso.

Pero esto no quiere decir que la población esté fuera de peligro, según las autoridades. “A medida que la temperatura sea más cálida, esperamos que la nieve se derrita y posibles inundaciones”, dijo el funcionario del condado de Erie, Mark Poloncarz.

La prohibición de conducir se mantuvo vigente en Buffalo. Y la Guardia Nacional irá de puerta en puerta en áreas que perdieron la energía eléctrica, para asegurarse de que los residentes están bien, tuiteó el funcionario.

En los aeropuertos, especialmente en Denver, Chicago y Baltimore, continuaron las interrupciones de vuelos.

Si bien la mayoría de las aerolíneas había vuelto a la normalidad, Southwest Airlines, continuaba lidiando con un colapso del servicio en los últimos días.

De los casi 2 mil 800 vuelos cancelados el miércoles por la mañana, más de 2 mil 500 eran operados por Southwest, según el sitio FlightAware.

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