Bali.- Los presidentes de Estados Unidos y China, Joe Biden y Xi Jinping, abogaron el lunes en Bali por evitar que la rivalidad se convierta en conflicto en la primera reunión cara a cara como líderes de las dos potencias mundiales.

Después de años de creciente tensión, los dos dirigentes se reunieron durante alrededor de tres horas en la isla indonesia, sede a partir del martes de una cumbre de líderes del G20 que se prevé marcada por las tensiones asociadas a la guerra en Ucrania.

“Tenemos que encontrar la dirección correcta” en las relaciones, afirmó Xi Jinping, quien defendió que el mundo está en “una encrucijada” y espera que China y Estados Unidos “gestionarán de forma adecuada” esta situación.

De su parte, Biden se comprometió a “mantener las líneas de comunicación abierta” y a “gestionar las diferencias para evitar que la competencia se convierta en conflicto”. El mandatario estadounidense señaló que no hay necesidad “de una Guerra Fría” con Beijing.

Los mensajes conciliadores contrastan con las múltiples disputas aparecidas entre ambas potencias en los últimos años: guerra comercial, origen de la pandemia, derechos humanos en China, el estatus de Taiwán…

Bajo la batuta de Xi Jinping, quien obtuvo en octubre un histórico tercer mandato al frente del país, China desplegó una conducta exterior más asertiva ante el orden mundial liderado por Estados Unidos.

Desde Washington, aunque sin la agresiva retórica de su antecesor Donald Trump que lanzó una guerra comercial con China, Biden mostró firmeza ante Beijing, especialmente sobre Taiwán.

Taiwán, línea roja

Xi advirtió a Biden que Taiwán, que China reclama como propio, es “la primera línea roja que no se debe cruzar” y aseguró que espera que Estados Unidos haga “honor a su promesa” de no apoyar una eventual independencia de la isla.

“Taiwán forma parte de los intereses centrales de China, y son la base de las relaciones políticas entre China y Estados Unidos. Esta es la primera línea roja que no se debe cruzar.

Cualquiera que busque separar a Taiwán de China estará violando los intereses fundamentales de China y el pueblo chino jamás lo permitirá. Esperamos ver paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán, pero la paz y la ‘independencia’ de Taiwán son irreconciliables”, dijo.

También se mostró opuesto “a politizar y a utilizar como armas las relaciones económicas y comerciales, así como los intercambios en ciencia y tecnología”.

agv

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