Washington, D.C.- El presidente Donald Trump aseguró que Estados Unidos y Japón contrarrestarán lo que calificó de “agresión económica china”, tras recibir en la Casa Blanca al primer ministro japonés, Shigeru Ishiba.
En rueda de prensa conjunta en Washington, el republicano también dijo que Japón importará gas natural estadounidense “en cantidades récord”.
China y Panamá
China lamentó la decisión de Panamá de cancelar su participación en la Ruta de la Seda, y cargó contra la “mentalidad de Guerra Fría” de Estados Unidos en América Latina.
Tras las presiones ejercidas por el presidente Donald Trump y su secretario de Estado, Marco Rubio, que visitó recientemente Panamá, el mandatario del país centroamericano, José Raúl Mulino, anunció la salida de la Ruta de la Seda, una red internacional diplomático-comercial tejida por China a lo largo de la última década.
“Beijing lamenta la decisión de Panamá”, dijo Lin Jian, portavoz del Ministerio chino de Exteriores.
El vocero urgió al país centroamericano a “resistir a las interferencias exteriores”, y a “tener en cuenta la relación bilateral a nivel más amplio, y los intereses a largo plazo de ambas naciones”.
Desde su regreso a la Casa Blanca el 20 de enero, Trump ejerció una enorme presión sobre Panamá para que reduzca la influencia económica china en el canal interoceánico, construido por Estados Unidos y entregado luego al país centroamericano en 1999, en virtud de unos tratados bilaterales firmados dos décadas antes con la administración de Jimmy Carter.
Un proyecto intercontinental
El acuerdo de la Franja y la Ruta de la Seda consiste en la financiación de proyectos de infraestructura con fondos chinos para impulsar el comercio y la conectividad en Asia, Europa, África y América Latina.
Más de un centenar de países han suscrito el acuerdo, proyecto emblemático del gobierno de Xi Jinping lanzado en 2013, y considerado como uno de los principales arietes de la influencia global de China.
Sus detractores acusan a Beijing de servirse de este gran proyecto comercial y diplomático para de paso alimentar con créditos chinos una deuda insostenible entre los países en desarrollo, que luego le sirve al gigante asiático de herramienta de presión.
Pekín hizo saber en este caso que “se opone firmemente a que Estados Unidos use la presión y la coacción para denigrar y minar la cooperación en el marco de la Ruta de la Seda”.
“Sus logros han beneficiado a la gente de países como Panamá”, dijo el portavoz Lin.
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