América es el continente más afectado por el dengue, con 8,1 millones de casos, y la situación empeorará en los próximos años, según un informe que prevé que la infección se extenderá para 2039 a la práctica totalidad de Brasil y México, los dos países más grandes de Latinoamérica.
La investigación, publicada en la revista Nature Communications y en la que colaboraron científicos de Canadá, Reino Unido, Australia, Estados Unidos, Brasil y México, predice que para 2039 el 97 por ciento de las municipalidades de Brasil estarán afectadas por dengue, mientras que en México la cifra será del 81 por ciento.
El análisis prevé que en México la expansión del dengue será fundamentalmente en el interior del país, en las zonas de mayor altitud de la meseta central.
El estudio calcula que el área de Tijuana, en la frontera con Estados Unidos, será invadida entre 2027 y 2030, y la zona metropolitana de Ciudad de México, entre 2038 y 2039.
En Brasil, la mayoría de las áreas invadidas en los próximos años serán en el sur.
La situación ya es alarmante, según expertos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reunidos a finales de mayo en Washington, porque en lo que va del año, ya hay tres veces más de casos documentados que los casos registrados en el mismo período de 2023. Las muertes se sitúan en 3 mil 600.
El equipo internacional de investigadores señaló en su estudio que la expansión del dengue, una enfermedad febril que se transmite por la picadura en un mosquito (Aedes aegypti) y que puede causar dificultad para respirar, sangrado grave y complicaciones de los órganos, se acelerará en los próximos años por la crisis climática y la mayor movilidad de la población.
Los investigadores utilizaron por primera vez la tecnología de aprendizaje automático (popularmente conocida por inteligencia artificial) para entender cómo la conexión entre áreas y las condiciones ambientales interactúan en las diferentes etapas de la infección, explicó a uno de los científicos que participaron en el estudio, Vinyas Harish, de la Universidad de Toronto (Canadá).
“Mucha gente ha investigado factores ambientales como la temperatura, humedad, lluvia, para establecer la relación entre esas características y los mosquitos”, declaró Harish.
“Pero para entender realmente como el dengue afecta a la población necesitábamos integrar eso con datos de la movilidad de la población en el tiempo. Nosotros utilizamos aprendizaje automático para integrar esas perspectivas”, añadió.
Los datos que el equipo utilizó proceden de más de 8 mil municipalidades de Brasil y México durante los pasados 25 años junto con información climática, registros de la aparición de epidemias y la historia de la evolución genética.
En 1996 sólo 16 municipalidades en México (el 0,65 por ciento del total del país) estaban afectadas por la infección de dengue. Pero entre 2000 y 2010, la infección se expandió a 965 municipalidades y para finales de 2019 la cifra llegaba a mil 350, un 55 por ciento del total.
En Brasil, el crecimiento fue similar. En 2001, el dengue estaba solo presente en dos estados y 549 municipalidades (9,96 por ciento). Para 2019, la cifra había explotado a 4 mil 299 municipalidades, el 76,8 por ciento.
Según la OPS, no hay una medicina específica para tratar el dengue, cuya infección puede transcurrir sin síntomas, o puede evidenciarse con síntomas que van desde una fiebre moderada a una fiebre alta e incapacitante, dolores de cabeza, dolores musculares y sarpullidos.
Pero Harish se mostró optimista ya que las conclusiones del estudio permitirán a las autoridades adoptar medidas preventivas.
“Desde intervenciones simples, como aumentar la concienciación entre la población para evitar las picaduras de estos mosquitos, hasta más complejas, como investigación en vacunas o técnicas de reemplazo de mosquitos”.