Por Mario P. Székely

Los Ángeles.— Si alguna vez te encuentras con Owen Wilson, no te atrevas a gritarle: “¡Buuu!” Al actor de cabello dorado y nariz inconfundible no le resultan tan graciosos los sustos y sobresaltos.

Aunque la idea de fantasmas errantes lo intriga, Wilson, quien es ahora coprotagonista de la cómica película de espíritus, “Mansión embrujada” (Haunted mansion), no promueve ese tipo de travesuras espantosas entre sus amigos y familiares.

“No me gusta la sensación de asustarme. Cuando uno de mis hijos tenía 12 años, logró asustarme un par de veces, y la verdad no me sentí nada bien”, dijo el actor, inmerso en el ambiente de un hotel que recrea la tenebrosa decoración de la “Mansión embrujada”, una atracción que ha encantado a los visitantes de Disneyland desde 1969.

Mientras él prefiere mantener los sustos en el mundo ficticio, sabe que hay otros que parecen disfrutar de ese tipo de adrenalina.

“Mi amigo, el actor Woody Harrelson (Zombieland), ama esconderse y asustarnos, haciendo saltar a todos. Él es un eterno niño juguetón, pero yo no, en eso no”, contó sonriendo al recordar a su amigo, el experto en sobresaltos.

La entrevista se dio a principios de julio, poco antes de que el mundo se petrificara por la huelga de actores de Hollywood que tiene congelada a la industria en Estados Unidos.

En ese momento, resultó sorprendente, y algo irónico, descubrir que Wilson, actor nominado al Oscar por Los excéntricos Tenenbaum (2001) y parte de la romántica Media noche en París (2011), nunca había puesto un pie en la verdadera Mansión embrujada, atracción que ha fascinado a quienes la visitan en sus versiones de Anaheim, Florida y Tokyo.

“Crecí en Dallas, Texas, y a mi padre no le gustaban los parques de diversiones. No recuerdo si alguna vez fuimos a la feria de Six Flags; pero ahora me he prometido ir a la Mansión embrujada de Disneyland. Estoy seguro de que me gustará, porque nuestra película está completamente basada en la experiencia de visitarla”, contó el actor de 54 años.

Asusta pero gusta

Sin duda, la Mansión embrujada física es uno de los proyectos que más ansiaba el productor y creador Walt Disney, quien convocó a animadores de sus cintas clásicas como Marc Davis, así como a sus imagineers (ingenieros creativos de Disneyland) para construir su casa de espectros, combinando la tecnología de animatrónicos con maquillaje, vestuario, esculturas y escenarios que emulaban una habitación cuyas paredes se estiraban, un comedor con fantasmas danzarines o un panteón con almas en pleno vuelo. Todo acompañado por la canción de Buddy Baker, “Grim grinning ghosts”.

En la década pasada, el director mexicano Guillermo del Toro, un devoto admirador de este lugar, anunció que estaba en conversaciones para dirigir la adaptación de la atracción. Sin embargo, no fue hasta 2022 que el actor y director Justin Simien tomó las riendas del proyecto, y convocó a Wilson para interpretar a un sacerdote exorcista que responde al llamado de auxilio de una madre, interpretada por Rosario Dawson.

La historia gira en torno a esta mujer y su hijo, quienes se encuentran en aprietos cuando descubren que su hogar ha sido invadido por “okupas sobrenaturales”. En un intento de reclamar su propiedad, se ve en la necesidad de recurrir a distintos autoproclamados expertos en fenómenos paranormales, lo que desencadena situaciones hilarantes.

“La gente me ha estado preguntando que si tuviera que pasar la noche en una verdadera Mansión embrujada, ¿a quién del reparto me gustaría invitar? Y claro que sería Rosario (Dawson), porque tiene su lado de The Mandalorian (ella interpreta a la jedi Ahsoka Tano), ella es muy fuerte. A la vez, siempre está motivando a todos con mucha alegría, es amable y le gusta traer comida para picar y hasta deliciosos chocolates. Es una persona encantadora para estar cerca”, dijo Wilson, quien recordó con agrado que ha compartido cámaras con las latinas Salma Hayek (Dicha, 2021) y Jennifer Lopez (¡Cásate conmigo!, 2022).

Orgulloso de ser parte del legado Disney, el actor contó cómo fue la experiencia de filmar en Nueva Orleans, la ciudad que inspiró la original Mansión embrujada con su historia de pantanos y almas en pena, que contrasta con la alegría del jazz que caracteriza a ese territorio sureño.

“Me gustaría creer en los fantasmas. Soy muy susceptible si alguien me dice que ha tenido una experiencia con lo sobrenatural. Sin embargo, nunca he experimentado algo así. Me gustaría, porque no quisiera ser dejado a un lado”, dijo el actor, quien es famoso por su buen sentido del humor y por atraverse a tomar todo tipo de proyectos.

Mansión embrujada llega a los cines de México con la presencia también de LaKeith Stanfield, Danny DeVito, Tiffany Haddish y apariciones especiales de otros actores reconocidos como Winona Ryder, Jared Leto, Dan Levy y Jamie Lee Curtis.

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