Más allá de ser impresionantes, las primeras imágenes del telescopio espacial James Webb aportan una gran cantidad de conocimientos. Estas son algunas de las cosas que los científicos esperan aprender.
La primera foto ofreció la imagen infrarroja más profunda y nítida del universo lejano, el “Primer campo profundo de Webb”. Los círculos blancos y las elipses son del grupo de galaxias en primer plano llamado SMACS 0723, tal como apareció hace más de 4 mil 600 millones de años.
La astrofísica de la NASA Amber Straughn dijo que le llamaron la atención “los asombrosos detalles que se pueden ver en algunas de estas galaxias. ¡Simplemente aparecen! es como ver en alta definición”.
Jane Rigby, también astrofísica de la NASA, añadió que la imagen puede enseñarnos más sobre la misteriosa materia oscura, que se cree que comprende el 85% de la materia del universo.
Webb también captó la marca del agua, junto con evidencias no detectadas anteriormente de nubes y bruma, en la atmósfera de un planeta gigante caliente: WASP-96 b. Pero lo que entusiasma a los astrónomos es la perspectiva de apuntar con Webb a mundos rocosos más pequeños, como la Tierra, para buscar atmósferas y cuerpos de agua líquida que puedan albergar vida.
Las cámaras del telescopio captaron un cementerio estelar, en la nebulosa del Anillo Sur. La imagen reveló con gran detalle la tenue estrella moribunda, por lo que los astrónomos utilizarán a Webb para profundizar en detalles sobre “nebulosas planetarias” como estas, que expulsan nubes de gas y polvo.
La expulsión de gas y nubes se detiene tras decenas de miles de años, y una vez que el material se dispersa en el espacio, pueden formarse nuevas estrellas.
Sobre el Quinteto de Stephan, una agrupación de cinco galaxias en la constelación de Pegaso, Webb fue capaz de atravesar las nubes de polvo y gas del centro para obtener nuevos datos, como la velocidad y la composición de los flujos de gas cerca de su agujero negro supermasivo.
Cuatro de las galaxias están muy próximas entre sí y enzarzadas en una “danza cósmica” de repetidos encuentros cercanos.
Al estudiar este grupo, “se aprende cómo las galaxias colisionan y se fusionan”, dijo el cosmólogo John Mather. Entender mejor el agujero negro también permitirá conocer mejor a Sagitario A*, el agujero negro del centro de la Vía Láctea, que está envuelto en polvo, dijo.
Pero quizá la imagen más bella captada sea la de los “Acantilados Cósmicos” de la nebulosa Carina, una guardería estelar.
Aquí, Webb reveló por primera vez regiones de formación estelar previamente invisibles, que nos dirán más sobre por qué se forman estrellas con cierta masa, y qué determina el número de formaciones en una región en concreto. Según Straughn, quizá lo más emocionante de todo sea viajar a lo desconocido.