Por Inder Bugarin

Bruselas.— El otrora máximo exponente de la oposición al islam en Europa, Geert Wilders, estremeció ayer las estructuras políticas de Países Bajos al convertirse en la primera fuerza política del país en los comicios generales.

De acuerdo con los resultados provisionales divulgados por Ipsos para la televisión pública NOS, el Partido por la Libertad y la Democracia (VVD), del populista Wilders, habría duplicado sus escaños y desbancado a los liberales (VVD) como la fuerza más votada; en principio creció de 17 a 35. El partido heredado por el dimisionario premier Mark Rutte a Dilan Yesilgöz, de padres turcos y kurdos, habría registrado una derrota histórica perdiendo alrededor de un tercio de los escaños, de 34 obtenidos en 2021 se habría quedado con 24.

La coalición entre laboristas y verdes encabezada por el europeísta Frans Timmermans resultó ser el otro gran ganador; el GL-PvdA parece haberse posicionado como segunda fuerza política. También dio la campanada Nuevo Contrato Social, partido fundado por Pieter Omtzigt, procedente de las filas democristianas (CDA). En su debut obtiene veintena de puestos legislativos.

El cuarto gabinete de Rutte cayó el pasado 7 de julio. Para formar un nuevo gobierno de coalición se requiere alcanzar la mayoría fijada en 76 puestos en la Cámara de Representantes. Wilders irrumpió en la arena política hace 17 años rompiendo el molde del discurso correcto, lanzando una ofensiva frontal contra el islam, rechazando la migración y culpando de los males del país a la Unión Europea (UE) y las élites en Bruselas.

Desde la formación de su primer gobierno en 2010, Rutte siempre descartó la posibilidad de invitar a Wilders. Yesilgöz le abrió la puerta durante la campaña pensando en que quedaría en primer lugar.

La campaña electoral fue monotemática: migración. El país enfrenta un serio problema de vivienda y los precios han escalado a niveles que resultan inaccesibles para las nuevas generaciones. Muchos reclaman un alto a la llegada de más de 200 mil extranjeros al año como remedio. Wilders prometió durante la campaña reducir a cero la aceptación de solicitudes de asilo.

El tercer factor que explica el triunfo del PVV es el desgaste de cuatro gabinetes bajo el mando de Rutte. El último fue disuelto por puntos de vista muy diferentes sobre política migratoria entre los socios de la coalición.

Un factor decisivo fue que Wilders moderó drásticamente su discurso, mandó a la congeladora el tema del islam diciendo que ya no era prioridad y aseguró que de convertirse en premier sería uno que representaría a todos. Como vencedor de la contienda, Wilders obtiene la mano para tratar de formar gobierno.

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