Por Jorge Emilio Sánchez
La fama conlleva nuevos retos y responsabilidades, pero para J Balvin, lo más desafiante ha sido dominar un arte que sólo conocía de manera superficial: el de la humildad y la paciencia.
El artista colombiano admite que sabía menos sobre estos valores en 2021, cuando su crítica a los premios Latin Grammy generó controversias en la industria y se enfrentó a sus compatriotas por no tener una postura definida respecto a los acontecimientos políticos de su país.
Estos eventos ya lo estaban llevando a contemplar un alejamiento temporal de la vida pública, pero fue el nacimiento de su hijo Río, en junio de 2021, lo que finalmente lo llevó a sumergirse en el silencio: “Decidí arriesgarme, tomarme un tiempo para entender los escándalos mediáticos que tuve. Me dije: ‘Si tomo esta pausa, no va a desaparecer todo lo que hemos logrado’”, comenta en una entrevista.
En efecto, la pausa no mermó sus escuchas; esta semana ocupa el lugar 70 de los 100 artistas más escuchados de Spotify, plataforma donde cuenta con 49.7 millones de oyentes mensuales, los mismos que Peso Pluma, pero sin lanzar un álbum desde 2021.
Así, regresa con un nuevo sencillo, titulado “Amigos”, que presentó hace unas horas en el programa “The tonight show starring Jimmy Fallon”.
El tema muestra una faceta más reflexiva y menos festiva del artista, al punto de retratarlo aislado en un ambiente gélido.
“Entendí mejor la realidad de la industria y de muchas cosas que no había vivido, que pensaba que a mí no me pasarían, y cuando me tocó vivirlo supe que nadie está libre de una situación así. Fue muy bueno el tiempo para desconectarme. Seguir arriba después de esta pausa habla de que hay una base muy sólida, eso me hace sentir orgulloso no sólo como J Balvin, sino como latino”.
Durante estos meses de introspección y reflexión, el intérprete de “Mi gente” ha descubierto una valiosa lección que considera crucial compartir con aquellos que inician su camino artístico o persiguen sus objetivos de vida: que el único control real que tenemos es sobre nuestras emociones y decisiones, no sobre las opiniones o palabras de los demás.
“Yo sólo puedo hacerme responsable de las decisiones que tomo y de las cosas que hago; de ahí en adelante hay que reconocer que cualquier bala que te tiren tú no la puedes parar”, asegura.