Por Richart Rosiles
Este martes se reportó el deceso del expresidente de Chile, Sebastián Piñera, en un accidente de helicóptero en el Lago Ranco donde viajaba con otras tres personas, presuntamente familiares, que sobrevivieron al percance. De acuerdo con información de medios locales, Piñera no pudo quitarse el cinturón de seguridad y murió ahogado.
En 2010, Piñera asumió la presidencia al vencer al exmandatario Eduardo Frei con un 51.56% de los votos; el cargo lo ocupó durante dos periodos consecutivos: 2010-2014 y 2018-2022.
En su primera administración, ocurrió un suceso que marcó la historia reciente de ese país, pues el 5 de agosto de 2010, 33 mineros mantuvieron en vilo al mundo al quedar atrapados en una mina de San José, en el desierto chileno de Atacama.
A los mineros se les llegó a considerar muertos, debido a que permanecieron en el subsuelo durante 17 largos días, en los cuales no pudieron comunicarse con el exterior.
No fue sino hasta el 22 de agosto que los equipos de rescate introdujeron una sonda y trajeron esperanza a la superficie con un mensaje que los mineros lograron hacerles llegar, donde se leía: “Estamos bien en el refugio los 33”.
Con “el refugio” se hacía referencia a un punto de seguridad donde se resguardaron.
En aquel momento, el entonces presidente Sebastián Piñera recibió dicha noticia, en las inmediaciones de la mina, con visible euforia y, ante el cuestionamiento de los medios respecto a la primicia, éste emitió un mensaje.
“Chile entero está llorando de alegría y emoción (…) agradezco a los mineros por la fuerza, el valor, el coraje de haber resistido más de dos semanas solos en las profundidades de la montaña. Agradecerles a los familiares que, incluso, cuando las noches se ponían más oscuras nunca perdieron la esperanza, siempre siguieron bregando. Agradecerle a todo equipo humano que no escatimó en ningún esfuerzo, que hizo todo lo humanamente posible por rescatar con vida a nuestros mineros. La noticia nos llena de alegría y de fuerza”.
A partir de ese instante, se coordinaron acciones para enviar alimentos y líquidos a los mineros por medio de la sonda. Sin embargo, el rescate de los 33 mineros se prolongó por 69 días. Al salir, uno a uno, fueron recibidos entre gritos de júbilo.
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