El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció ayer que más de 10 mil pandilleros han sido detenidos en el marco de una ofensiva de la policía y el ejército, tras los asesinatos de 87 personas del 25 al 27 de marzo.
A través de su cuenta de Twitter, escribió: “10 mil 94 terroristas arrestados en 17 días. Seguimos Guerra Contra Pandillas”.
El récord de pandilleros detenidos se alcanzó luego de que, el lunes pasado, la policía detuvo a 463 pandilleros y aseguró que seguirá “sin tregua contra los criminales”.
Las detenciones no tienen precedentes en los últimos 30 años en este país centroamericano, asediado por la Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18, entre otras, que suman 70 mil miembros en el país, de los cuales, ahora más de 26 mil estarían en la cárcel.
La ofensiva desplegada por Bukele no sólo debe enfrentar al crimen organizado, sino también a las críticas del gobierno estadounidense del demócrata Joe Biden. El lunes, Bukele aseguró que la administración de Donald Trump en Estados Unidos (2017-2021) sí lo apoyó en su lucha contra las pandillas, a diferencia de la de Biden.
El secretario de Estado, Antony Blinken, había expresado el domingo su “preocupación” por la ola de violencia provocada por las pandillas, así como por las reformas impulsadas por Bukele, las cuales “criminalizan” el trabajo de la prensa.
El 26 de marzo, Bukele le declaró la “guerra” a las pandillas que operan en su territorio, principalmente la Mara Salvatrucha y Barrio 18, luego de la escalada de violencia.
A su solicitud, el Congreso, controlado por el oficialismo, decretó un régimen de excepción el 27 de marzo, que permite detenciones sin orden judicial, y se reformaron leyes para penar con hasta 45 años de prisión a quienes pertenezcan a pandillas. La ley también incluye castigar con hasta 15 años de prisión la difusión de mensajes de pandillas en medios de comunicación.