“Cuando muere una lengua entonces se cierra a todos los pueblos del mundo una ventana, una puerta, un asomarse de modo distinto a cuanto es ser y vida en la Tierra”, escribió alguna vez el filósofo y promotor de las lenguas indígenas, Miguel León Portilla, en el poema ´Cuando muere una lengua´ o ´Ihcuac tlahtolli ye miqui´, título traducido al náhuatl, que representa la pérdida de los conocimientos universales, al olvidar el origen de los pueblos.

Con el objetivo de exaltar los derechos lingüísticos y el respeto a la multiculturalidad de pueblos y comunidades indígenas, cada 21 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna, en el que se elaboran diversas actividades para difundir y preservar la cosmovisiones de origen indígena y su importancia.

En México existen alrededor de 11 familias lingüísticas indoamericanas; que son un conjunto de lenguas semejantes, por la similitud léxica y escritural, debido a su origen histórico.

Entre ellas se encuentran la maya, lengua hablada principalmente en los estados de Yucatán y Campeche, la álgica (América del Norte), totonaco-tepehua (Puebla y Veracruz), tarasca ( Michoacán) y huave (Istmo de Tehuantepec), por mencionar algunas.

Además, existen 68 agrupaciones lingüísticas como la mixe del estado de Oaxaca, la seri (Sonora), yaqui (Sonora), el totonaco (Puebla y Veracruz), el zapoteco (Guerrero, Puebla), mayo (Sinaloa, Durango), náhuatl (México y Centro América), huichol (Jalisco, Durango), cora (mesoamerica), mazahua (centro de México), entre otras, que forman parte de la diversidad cultural, no sólo nacional, sino incluso mundial.

Es por ello que nuestro país es reconocido como una nación multibilingüe y pluricultural.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), la realidad lingüística de México es más compleja de lo que se cree por su diversidad. Además que el concepto de lengua ha sido impreciso a lo largo de los años, ya que durante la época Virreinal se pensaba que los pueblos indígenas hablaban una sola lengua, esto sin reconocer las distintas variantes lingüísticas, ya sea por razones sociales o geográficas.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró que, cada vez más, la diversidad lingüística se ve amenazada, pues aproximadamente cada dos semanas una lengua desaparece, lo que logra la pérdida de los patrimonios intelectuales y culturales.

El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas señala que la lengua es el instrumento más antiguo de la sociedad, ya que es un mecanismo comunicativo básico que todo ser humano utiliza para manifestar el desarrollo intelectual, social y espiritual, sin importar el idioma.

¿Por qué se celebra el Día Internacional de la Lengua Materna?

El Día Internacional de la Lengua Materna se proclamó el 17 noviembre de 1999, en la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas. Su origen se remonta a 1952, cuando un grupo de estudiantes de la República de Paquistán, se manifestó para que su lengua materna llamada bangla, fuera reconocida como lengua oficial. Debido a la demanda de los jóvenes, el cuerpo policíaco de la ciudad de Dhanka, capital de lo que hoy se conoce como Bangladesh, abrió fuego contra los estudiantes.

Derivado de estos eventos ocurridos hace 70 años, este grupo de manifestantes logró que las lenguas maternas mundiales se reconocieran y la sociedad concientizara sobre la trascendencia de sus raíces culturales.

La escritura es uno de los pilares fundamentales de los pueblos indígenas. En México algunos personajes de la literatura también luchan por la preservación de dichas culturas, tal es el caso de Nadia López García o Nadia Ñuu Savi, como también se le conoce, una poeta, ensayista de origen oaxaqueño que escribe textos en lengua Tu’un savi-mixteco.

La literata, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) expresó que en el mundo literario los textos escritos en lenguas originarias suelen ser invisibles para la industria, “el universo es vasto en nuestro país, pero se subdivide en quienes escriben en español y quienes lo hacemos en idiomas que no son tan reconocidos ni tan visibles”.

La ensayista concluyó que hace falta apoyo para los escritores de orígenes indígenas, así como el reconocimiento de los trabajos que realizan.

“Ya intenté vivir de la poesía, de la escritura, de los talleres y no es posible. No es posible pagar una renta, despensa, escuela, tantas cosas porque en nuestro país hace falta, más allá de becas, apoyar a escritoras y escritores jóvenes con programas de trabajo, que se asuma hacer poesía, novela y narrativa como un empleo”, señaló en un comunicado.

melc/jgt

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