La ceremonia de entrega del Premio Nacional de Artes y Literatura 2022 a la traductora Selma Ancira Berny, en el campo de Lingüística y Literatura; a la actriz María Rojo, en Bellas Artes; al historiador Antonio Rubial García, en el área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía; y a la cocinera tradicional zapoteca Abigail Mendoza Ruiz, en el campo de Artes y Tradiciones Populares, estuvieron marcados por la referencia a la libertad creativa que para el gobierno actual se vive en México, un país, donde “la censura quedó atrás”, afirmó la secretaría de Cultura, Alejandra Frausto; también alusiones a la identidad, al maíz y al patrimonio cultural.
“Todos son guardianes de la cultura”, dijo Frausto, en la ceremonia de entrega del galardón que se realizó en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, que estuvo encabezada no por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sino por la secretaría de Gobernación, Luisa María Alcalde, quien señaló que el lazo que une a los cuatro galardonados es el color rojo, casi tan rojo tirando a guinda del mantel de la mesa donde se sentó el presídium.
Así como Selma Ancira celebró ser la primera traductora que recibe el Premio Nacional de Artes y Literatura en su historia, María Rojo se emocionó de ser la primera actriz reconocida con el máximo galardón que otorga el gobierno mexicano e incluso dijo: “éramos intérpretes y ahora ya pasamos a ser creadoras”, pues una actriz como ella ha recibido por primera vez el Premio. Pero además aprovechó la tribuna para llamar a trabajar en la nueva Ley de Cinematografía que tanta falta hace y pidió que se actualice, al menos cada dos años.
Así, el historiador Antonio Rubial dijo recibir el Premio en representación de los maestros que día con día entregan su vida a la educación de la juventud para formar a las nuevas generaciones, “maestros que estamos convencidos y convencidas de que sin la educación no hay futuro”. También dijo estar en representación de los investigadores e investigadoras que en México se esfuerzan por preservar la memoria y conservar las múltiples identidades.
“Estoy aquí porque estos investigadores e investigadoras están comprometidos con crear una conciencia crítica; estoy aquí también en representación de la Universidad Nacional Autónoma de México, mi alma mater, esta institución reconocida internacionalmente; también estoy aquí en representación de la Academia Mexicana de la Historia que me propuso para dicho premio”.
El autor de “La Nueva España” y “La evangelización de Mesoamérica”, luego de recibir el galardón dijo que “nosotros todos estamos comprometidos y comprometidas para que este país sea un país mejor. Estamos comprometidos y sobre todo pensamos que el alimento de la mente es casi tan importante como el alimento del cuerpo, preservar nuestra riqueza cultural preservar nuestro rico patrimonio tanto tangible, como intangible, es parte fundamental de nuestro reto, este reto es preservarlo para las generaciones futuras”.
Durante su discurso, Selma Ancira, enfatizó que este galardón no había recaído en un traductor por lo que recibirlo tiene una enorme importancia para el gremio, “para todos nosotros traductores literarios, caballos de postas de la ilustración, como nos llamaba el poeta ruso Alexander Puskin”, dijo la traductora que dijo sentirse “extraordinariamente honrada, conmovida, emocionada” de la distinción y de haber confiado en que su trabajo en la traducción literaria tiene importancia para la cultura.
Por su parte, Abigail Mendoza dijo que en México “necesitamos trabajar las cocineras tradicionales para que volvamos a retomar la riqueza de nuestras raíces tradicionales, de la tradición de la lengua y de una cocina tradicional”, y señaló que trabaja para retomar con los niños “lo que ellos quieren olvidar”.
Finalmente, la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, quien entregó los cuatro galardones, enhebró su discurso con el color rojo, dijo “hay un hilo conductor entre nuestras cuatro personas homenajeadas, un hilo rojo para ser más exactos. Dijo que Rojo es el apellido de María, roja “La noche de Tlatelolco”, roja la plaza de Moscú hasta donde ha llegado Selma Ancira en su labor como traductora literaria, roja la grana cochinilla de la que ha hablado Antonio Rubial en sus investigaciones y cuya grana cochinilla es también uno de los colores y sabores que marcan la cocina de Abigail Mendoza.