La portavoz de Alexéi Navalny confirmó el sábado que el líder de la oposición rusa había muerto en una remota colonia penal del Ártico y dijo que fue “asesinado”, pero no está claro dónde está su cuerpo.

Una nota oficial entregada a la madre de Navalny decía que éste murió a las 14:17 hora local del viernes, dijo Kira Yarmysh. Añadió que un empleado de la colonia penitenciaria dijo que el cuerpo de Navalny fue llevado a la cercana ciudad de Salekhard como parte de una investigación sobre su muerte. Ella exigió que su cuerpo fuera entregado a su familia.

Cuando un abogado y la madre de Navalny visitaron la morgue en Salekhard, estaba cerrada, dijo el equipo de Navalny en su canal Telegram. El abogado llamó a la morgue y le dijeron que el cuerpo de Navalny no estaba ahí, dijo su equipo.

“Exigimos que el cuerpo de Alexéi Navalny sea entregado inmediatamente a su familia”, escribió Yarmysh en X, anteriormente Twitter. La causa y las circunstancias de la muerte de Navalny el viernes siguen sin estar claras.

Yarmish afirmó en la red X que los investigadores le comunicaron al abogado que los resultados de un nuevo examen al que se someterá el cadáver no estarán disponibles hasta la próxima semana, y la vocera acusó a los funcionarios de “mentir” para retener sus restos y evitar entregárselos a su familia.

El Servicio Penitenciario Federal de Rusia informó que Navalny se sintió mal después de una caminata y perdió el conocimiento en la colonia penal de la ciudad de Kharp, en la región de Yamalo-Nenets, a unos mil 900 kilómetros (mil 200 millas) al noreste de Moscú. Llegó una ambulancia, pero no pudieron reanimarlo. La causa de la muerte aún se está “estableciendo”, dijo.

Maria Pevchikh, directora de la junta directiva de la Fundación Anticorrupción de Navalny, dijo que el líder de la oposición “vivirá para siempre en millones de corazones”.

“Navalny fue asesinado. Todavía no sabemos cómo seguiremos viviendo, pero juntos pensaremos en algo”, escribió en X.

Siguen arrestos por homenajes

Los arrestos continuaron el sábado después de que más de 100 personas fueran detenidas en varias ciudades rusas el viernes cuando iban a depositar flores en memoria de Navalny en los monumentos a las víctimas de las purgas de la era soviética, según OVD-Info, un grupo que monitorea la represión política en Rusia.

Los tributos fueron retirados durante la noche, pero la gente continuó llegando con flores el sábado. En Moscú, un gran grupo de personas coreó “vergüenza” mientras la policía arrastraba a una mujer que gritaba entre la multitud, según muestra un video compartido en las redes sociales.

Más de 10 personas fueron detenidas en un monumento conmemorativo en San Petersburgo, incluido un sacerdote que vino a celebrar ahí un servicio religioso para Navalny.

En otras ciudades del país, la policía acordonó algunos de los monumentos y los agentes tomaban fotografías de quienes acudían y anotaban sus datos personales en un claro intento de intimidación.

Navalny estaba encarcelado desde enero de 2021, cuando regresó a Moscú para afrontar un arresto seguro tras recuperarse en Alemania de un envenenamiento con un agente nervioso del que atribuyó al Kremlin. Posteriormente fue declarado culpable tres veces, alegando que cada caso tenía motivaciones políticas, y recibió una sentencia de 19 años por extremismo.

Después del último veredicto, Navalny dijo que entendía que estaba “cumpliendo cadena perpetua, que se mide por la duración de mi vida o la duración de la vida de este régimen”.

La noticia de la muerte de Navalny llega menos de un mes antes de las elecciones que darán al presidente Vladimir Putin otros seis años en el poder.

Esto demuestra “que la sentencia actual en Rusia para la oposición no es simplemente prisión, sino muerte”, dijo Nigel Gould-Davies, exembajador británico en Bielorrusia y miembro principal para Rusia y Eurasia en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres.

Horas después de que se informara sobre la muerte de Navalny, su esposa, Yulia Navalnaya, hizo una aparición dramática en una conferencia de seguridad en Alemania donde se habían reunido muchos líderes mundiales.

Dijo que no estaba segura de poder creer las noticias de fuentes oficiales rusas, “pero si esto es cierto, quiero que Putin y todos los que rodean a Putin, los amigos de Putin y su gobierno sepan que asumirán la responsabilidad por lo que le hicieron a nuestro país, a mi familia y a mi marido”.

El presidente estadounidense Joe Biden dijo que Washington no sabe exactamente qué pasó, “pero no hay duda de que la muerte de Navalny fue consecuencia de algo que hicieron Putin y sus matones”.

El Kremlin se enfureció ante la ira de los líderes mundiales, y el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, calificó de “inadmisible e indignante” y señaló que los médicos no han emitido su veredicto sobre la causa de la muerte de Navalny.

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