Tokio.- El primer ministro japonés, Fumio Kishida, debió hacer frente esta semana al escándalo por una reunión del partido de gobierno en la que contrataron bailarinas eróticas que habrían sido obligadas a recibir propinas con sus bocas.
El acto fue “muy inapropiado y lamentable”, dijo Kishida el viernes ante los diputados japoneses, mientras el caso crecía.
El primer ministro japonés ya se había pronunciado el miércoles sobre la polémica reunión partidaria. “El evento no se ajusta a la meta de diversidad en el gabinete”, dijo entonces.
“Lo que busca mi gabinete es una sociedad inclusiva donde todos sientan el significado de la vida con respeto a su dignidad y a su diversidad”, añadió el mandatario, citado por medios locales. Además, precisó que el acto no se financió con el dinero de los contribuyentes, como se había difundido en un primer momento.
Imágenes filtradas del evento, organizado en noviembre por una sección regional del Partido Liberal Democrático (PLD), muestran a las mujeres en trajes de baño bailando y sentadas en los regazos de los participantes.
Las mujeres, integrantes de un grupo llamado “Glamour Dancers”, fueron instruidas a utilizar sus bocas para recibir las propinas en billetes, según medios locales.
“Diversidad”
Uno de los organizadores, Tetsuya Kawabata, defendió el evento al señalar que la presencia de “bailarinas gogó” pretendía garantizar la “diversidad” del evento.
“Invitamos a las bailarinas tras estudiar diferentes puntos de vista, incluso si correspondían con el tema de la diversidad”, declaró Kawabata, subjefe de la juventud local del PLD, a la red ANN. “Pero la excitación que surgió, en especial hacia el final del encuentro social, superó mis expectativas”, admitió Kawabata, según los medios. Después de eso habría renunciado al partido.
La juventud nacional del PLD se disculpó el lunes y afirmó que dos legisladores que asistieron dejaron sus cargos en la Oficina de Juventud, aunque seguirían en sus cargos y como miembros del partido.
La polémica surge en momentos en que el partido busca incorporar a más mujeres, en un país donde la política está tradicionalmente dominada por los hombres. El gabinete de Kishida cuenta desde septiembre con cinco mujeres en un gabinete de 20 personas, el número más alto registrado hasta el momento.
El episodio es una vergüenza para el PLD, que ha gobernado de forma casi ininterrumpida durante décadas y ha buscado involucrar más mujeres en la política japonesa.
Los índices de aprobación del gobierno están en su punto más bajo desde que el PLD volvió al poder en 2012. Un sondeo de opinión realizado el jueves mostró que el índice de aprobación se situaba en el 18% en marzo, según informó la BBC.
Kishida, en el cargo desde octubre de 2021, se enfrentará a una dura batalla electoral interna por el liderazgo del PLD a fin de año, antes de las elecciones nacionales previstas para 2025.
mcc