El Secretario de Defensa, Lloyd J. Austin, declaró el miércoles que Estados Unidos seguirá realizando vuelos de vigilancia después de que un dron estadounidense fuera atacado por un avión de guerra ruso y derribado sobre el Mar Negro.
“No se equivoquen, Estados Unidos seguirá volando y operando donde lo permita el derecho internacional”, dijo Austin en declaraciones al comienzo de una reunión virtual de unas 50 naciones que apoyan los esfuerzos de Ucrania en la guerra contra Rusia.
“Este peligroso episodio forma parte de un patrón de acciones agresivas, arriesgadas e inseguras por parte de pilotos rusos en el espacio aéreo internacional”, dijo Austin. “Corresponde a Rusia operar sus aviones militares de manera segura y profesional”.
El incidente, el primer contacto físico conocido entre los ejércitos ruso y estadounidense desde que comenzó la guerra en Ucrania, ha elevado las tensiones entre las superpotencias, aunque el miércoles hubo señales de que ambas naciones estaban tratando de contener las consecuencias.
Según la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Europa, dos cazas rusos Su-27 interceptaron un dron MQ-9 Reaper en aguas internacionales el martes y las maniobras de uno de los aviones derivó en un accidente y en la “pérdida” del dron.
Estados Unidos responsabilizó a Rusia del incidente y calificó como “temeraria” y poco “profesional” la acción de los aviones rusos.
Pero Rusia niega cualquier error y el embajador ruso en Estados Unidos, Anatoli Antonov, calificó los vuelos estadounidenses cerca de las fronteras rusas como “hostiles”. Según Moscú, el accidente se produjo “en la zona de la península de Crimea”, un territorio ucraniano anexionado por Rusia en 2014, cuando ese dron avanzaba “en dirección” de la frontera rusa.
Este miércoles, Rusia anunció su intención de recuperar los restos del aparato que volaba cerca de Ucrania, pese a la advertencia de Washington contra cualquier tentativa de hacerse con los fragmentos.
“No sé si podremos recuperarlo, pero hay que tratar y trabajaremos en ello”, destacó el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patrushev, en declaraciones televisadas.
El jefe del servicio de inteligencia ruso SVR, Sergéi Naryshkin, indicó que el país tiene la capacidad “técnica” para recuperar el avión no tripulado.
El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, criticó a Rusia por negarse a asumir la responsabilidad del accidente e indicó que Estados Unidos está tratando de recuperar los restos del dron.
“Obviamente no queremos ver a nadie poniendo sus manos en él más allá de nosotros”, dijo Kirby. “Hemos tomado medidas para proteger nuestros intereses”, agregó.
Estados Unidos utiliza el dron MQ-9 Reaper tanto para labores de vigilancia como para ataques y desde hace tiempo opera en el mar Negro para examinar la presencia de las fuerzas navales rusas.
Los Reapers pueden estar pertrechados con misiles Hellfire, así como con bombas guiadas por láser, y pueden volar más de 1.770 kilómetros a altitudes de hasta 15.000 metros, según la Fuerza Aérea de Estados Unidos.