Miles de palestinos despidieron ayer en Jerusalén a la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, abatida durante una operación militar israelí, en exequias marcadas por escenas de violencia tras una intervención policial. Los incidentes estallaron cuando los oficiales intentaron dispersar a la multitud tras la salida del hospital del féretro de la reportera.
Imágenes transmitidas por Palestine TV muestran que el ataúd casi cae al suelo mientras los policías dispersaron a las personas que ondeaban banderas palestinas. Según la Media Luna palestina, 33 personas resultaron heridas durante el funeral, seis de las cuales tuvieron que ser hospitalizadas.
Antes del funeral, decenas de dolientes trataron de marchar con el féretro desde el hospital a una iglesia católica en la vecina Ciudad Vieja. La policía dijo que la muchedumbre en el hospital coreaba “incitación nacionalista”, ignoró los llamados a desistir y lanzó piedras a los policías.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas “condenó enérgicamente el asesinato el 11 de mayo de la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, y las heridas de otro periodista en la ciudad cisjordana de Jenin”, en una declaración unánime adoptada ayer, según diplomáticos.
Iniciada por Estados Unidos, esta postura inusualmente unánime del Consejo de Seguridad sobre un tema relacionado con Israel también exige “una investigación inmediata, exhaustiva, transparente e imparcial” sobre el asesinato.
Los restos de la popular reportera de la cadena Al Jazeera, una cristiana de 51 años nacida en Jerusalén este, fueron finalmente llevados hasta una iglesia de Jerusalén, donde se le dedicó una misa. Las calles aledañas estaban repletas de personas que vinieron para despedirse de la periodista. La multitud siguió luego al féretro hasta un cementerio cercano a la Ciudad Vieja, donde Shireen Abu Akleh fue enterrada cerca de sus padres.
La periodista, con chaleco antibalas con el rótulo “Prensa” y un casco, fue abatida el miércoles de un disparo en la cabeza, cuando cubría una operación militar en el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.
El ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, dijo que el ejército “no está seguro de cómo fue asesinada”. En el funeral se produjeron enfrentamientos en Yenín, que dejaron 13 heridos, según el ministerio palestino de Salud. Un policía israelí murió este viernes en un operativo en Burqin, cerca de Yenín, según un comunicado oficial.