El miedo a la expansión de la variante ómicron terminó por alterar el programa de celebraciones de este año con la reintroducción de una serie de medidas restrictivas para tratar de frenar la pandemia en Europa. El golpe más fuerte al espíritu festivo fue en Holanda, en donde de manera inesperada el gobierno aplicó un estricto confinamiento en la actividad comercial que durará hasta el 14 de enero.

El 19 de diciembre, sólo los comercios considerados esenciales amanecieron abiertos, los demás establecimientos, como restaurantes, cafeterías, cines, teatros y peluquerías, colgaron el mensaje de cerrado.

El premier holandés Mark Rutte estrenó su cuarto mandato, también extendiendo una semana más las vacaciones escolares de invierno y reduciendo el número de visitas permitidas en el hogar.

Al momento de la decisión, el Instituto Nacional de Salud de Holanda reportaba 15 mil nuevos casos diarios, alrededor de 25% menos que la semana previa, pero aún por encima del pico de cualquier ola previa de Covid-19.

Francia también implementó medidas restrictivas que ocasionaron pánico en la antesala de la Navidad. El Eliseo intervino ante la propagación de la variante en el Reino Unido. A partir del 18 de diciembre, los ciudadanos británicos sólo pueden ingresar a Francia por motivos esenciales, y los viajeros procedentes de ese país, incluyendo ciudadanos franceses, sólo entran presentando prueba negativa y sometiéndose a cuarentena a su llegada.

Bélgica se sumó al estado de alerta el 22 de diciembre, al anunciar el cierre de cines, teatros y salas de conciertos. La medida entra en vigor el 26 de diciembre y durará al menos hasta el 28 de enero. Tampoco se permitirá la presencia de público en todas las competencias deportivas.

Al igual que en Holanda, en el reino belga los indicadores de contagio van a la baja, pero las infecciones con ómicron avanzan a velocidad de rayo. Austria, uno de los destinos predilectos de esquí en Europa, optó el 21 de diciembre por blindarse del exterior. Italia introdujo medidas enfocadas estrictamente a la temporada festiva. El decreto adoptado por el gobierno de Mario Draghi consistió en recomendaciones, pero no prohibiciones, para las reuniones en hogares los días 24 y 25 de diciembre. Para Año Nuevo se prevé un apretón adicional.

Por segunda vez consecutiva, las autoridades europeas han dictado una serie de medidas para evitar que las festividades de la época terminen siendo una pesadilla durante enero. Precisamente hace un año, la celebración de Nochebuena fue en un contexto de esperanza por el descubrimiento del antídoto contra el Covid-19.

Ahora, el festín tiene lugar en un momento en el que las autoridades se muestran incapaces de ofrecer una perspectiva de hacia dónde se dirige la estrategia implementada. Europa arrancará 2022 en medio de la campaña de refuerzo de la vacuna anti-Covid y proyectando la inmunización de niños de entre cinco y 12 años de edad, pero también sumida en una nueva ola y con temor por la acelerada propagación de ómicron, aún en investigación con el fin de evaluar su transmisibilidad, gravedad y riesgo de reinfección.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here