Nueva York.- El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue condenado en un tribunal de Nueva York a 45 años de prisión y cinco más de libertad vigilada por un tribunal por varios delitos relacionados con el narcotráfico y el uso de armas, con lo que se libra de la cadena perpetua que solicitaba la Fiscalía.

Hernández, quien ejerció el poder durante ocho años (2014-2022), los últimos cuatro de manera irregular porque la Constitución de Honduras no permite la reelección bajo ninguna modalidad, fue extraditado a Estados Unidos en abril de 2022, acusado por ese país de tres delitos asociados al narcotráfico, por los que en marzo pasado fue declarado “culpable” en Nueva York.

El exmandatario, quien llegó a la sala vestido con una camisa de color beige y sujetándose con un bastón, defendió hasta el último minuto su inocencia.

Al comenzar su discurso -que dedicó a Estados Unidos y Honduras- JOH aceptó su destino y reconoció que “lo más seguro es que estaré preso de por vida”, aunque se reafirmó en su inocencia y repitió que se le ha juzgado “de manera injusta e indebida”.

Finalmente, el juez Kevin Castel evadió la sentencia de cadena perpetua que exigía la fiscalía.

En enero de 2022, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a Hernández, quien recién había finalizado su mandato, de conspiración para importar cocaína a este país, cargo que conlleva una sentencia mínima obligatoria de 10 años y una sentencia máxima de cadena perpetua, además de otros delitos relacionados con el porte y uso de armas, castigados con entre 30 años y la perpetuidad.

Hernández fue arrestado en su hogar en Honduras en febrero de 2022, esposado de pies y manos, y en abril extraditado a Estados Unidos, gracias a un acuerdo de extradición concluido durante su Gobierno. Solo habían pasado tres meses desde que concluyó su segundo mandato.

Convirtió a Honduras en un narco-Estado, según Estados Unidos.

Washington asegura que Hernández, de 55 años, usó su poder como presidente para convertir a Honduras en un narco-Estado que facilitó la importación de cientos de miles de kilogramos de cocaína a Estados Unidos.

Los testigos estrella de la fiscalía, que cumplen sentencia en prisiones de este país, aseguraron que el exmandatario aceptó dinero de los carteles de las drogas para llegar al poder, incluso un millón de dólares del Cártel de Sinaloa, dirigido entonces por Joaquín “el Chapo” Guzmán.

También dijeron que usó recursos del Estado para proteger los cargamentos de cocaína que pasaban por Honduras desde Suramérica, con destino a México y de allí a Estados Unidos.

mcc

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