En Argentina, una niña de 11 años acudió al dentista por padecer una afección llamada “hiperdoncia múltiple”. Esto es, tenía muchas más piezas dentarias de las 32 que habitualmente tienen las personas. Luego de que se le realizara una tomografía computarizada, los especialistas descubrieron con gran asombro que la pequeña contaba nada menos que con 81 dientes.
Los especialistas establecieron que de las 81 piezas, 18 eran dientes caducos, 32 permanentes y 31 supernumerarios o múltiples. Estos últimos representan una infrecuente anomalía del desarrollo de la cavidad bucal, pueden aparecer en cualquier zona de la arcada dentaria y afectar cualquier órgano dental, señalaron los especialistas.
Esta hiperdoncia suele venir asociada a otras enfermedades o síndromes, como el labio leporino o el paladar hendido, o el síndrome de Gardner, entre otros, según un informe que elaboraron sobre el caso de esta niña un grupo de odontólogos y cirujanos maxilofaciales de la Universidad Federal de Juiz de Fora, municipio del estado brasileño de Mina Gerais.
Según este estudio, que fue publicado en la página de la Biblioteca de los Institutos Nacionales de Salud (HNI, por sus siglas en ingés) en Estados Unidos, el tratamiento ortodóncico al que debía ser sometida esta niña sería un “reto clínico”, puesto que no solo hay un gran número de dientes a extraer, sino que también hay que corregir las alteraciones en las formas de varios dientes.
Una de las imágenes que exhibe el informe sobre este inusual caso es una tomografía computada de haz cónico (CBCT) tomada desde los dos laterales del rostro de la pequeña. Allí se ve, en blanco sobre negro, la exagerada cantidad de piezas dentales con las que cuenta esta paciente, que asemejan a un ramillete de dientes distribuidos tanto en el maxilar superior como en la mandíbula.
Para realizar el tratamiento necesario en la boca de esta niña, se estableció un trabajo con un equipo multidisciplinario que incluyó cirujanos orales, ortodoncistas, periodoncistas y prostodoncistas, que deberán resolver lo que los mismos especialistas definieron en su informe como un “rompecabezas médico y dental”, que consiste en eliminar piezas que no encajan y buscar otras nuevas para conseguir una oclusión que proporcione a la paciente “condiciones fisiológicas de normalidad y satisfacción estética”.
Los científicos realizaron a la niña una prueba genética, que estableció que ella mostraba una “inversión pericéntrica del cromosoma 9 en p13, q21″. El informe citado asegura que “las inversiones cromosómicas se detectan en humanos con una frecuencia cada vez mayor debido a la aplicación de técnicas de bandas cromosómicas que permiten su análisis”. Así, se descubrió que se produjeron inversiones de este tipo en “todos los grupos cromosómicos”.
“Estas aberraciones estructurales cromosómicas pueden provocar infertilidad, pérdida reproductiva o descendencia anormal”, dice el estudio.
Si bien el caso de esta niña fue reportado por el grupo de odontólogos brasileños hace algunos años, esta semana el fenómeno se volvió viral cuando fue difundido por la cuenta de Twitter dedicada a la divulgación científica Somos Cosmos. Allí se publicó la foto de la tomografía computarizada de la niña que despertó la curiosidad y el asombro de miles de usuarios.
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