Por Mariana Lebrija Clavel

Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts crearon un corazón biorobótico que late igual a como lo haría un auténtico corazón humano. El dispositivo fue elaborado con tejido cardíaco real y tecnología robótica blanda; esta combinación permitió que el prototipo respondiera del mismo modo a como lo hace el órgano vivo y, aunque sus creadores reconocen que aún falta mucho por perfeccionar, antes de que su uso sea aprobado, creen que podría revolucionar la forma de tratar enfermedades cardíacas en un futuro.

Ellen Roche, la líder de esta investigación, ahondó en las observaciones que ella y su equipo realizaron durante la producción del corazón bioróbotico, para el que usaron un corazón de cerdo.

Para llevar a cabo las prácticas que probarían la eficacia del prototipo, simularon que el corazón padecía regurgitación mitral, una enfermedad que se da muy comúnmente en las personas, que ocurre cuando una de las cuatro válvulas del corazón (la válvula mitral) no se cierra correctamente, lo que provoca que la sangre del corazón circule en sentido contrario, provocando insuficiencia cardíaca.

Fue de ese modo que sustituyeron el músculo grueso que rodea el ventrículo izquierdo del corazón del porcino, que posibilitaba la buena fluidez de la sangre, para colocar una bomba robótica de silicona, que fungió como la herramienta que remediaría la regurgitación mitral.

El equipo de la doctora Roche demostró que, al inflar la bomba, esta era capaz de girar el corazón, como si tuviera la capacidad real de un órgano para lograr que la sangre bombee con gran fuerza.

Y aunque esta investigación supone la eficacia en un prototipo bioróbotico como nunca antes se había visto, sus creadores reconocen que todavía no está listo para probarse en ningún paciente, pues aún tienen que perfeccionar una serie de detalles que comprueben su seguridad y eficacia.

Roche, experta en ingeniera biomédica, expresó -en un comunicado del MIT- que la elaboración del corazón biorobótico no sólo se podría convertir en un potencial tratamiento alternativo, que revolucionaría la forma de pensar nuevos procedimientos quirúrgicos para enfermedades cardíacas, sino que sería de utilidad como herramienta de investigación para médicos, estudiantes de medicina y aprendices, que se especializan en estudiar los problemas que se presentan en las válvulas del corazón.

Pero su utilidad no se limitaría sólo eso, sino que ampliarían las formas de abordar los procedimientos que involucran al corazón, ya que hasta la fecha, las dos únicas alternativas para hacerlo presentan sesgos que ralentizan el tratamiento de las afecciones cardíacas; nos referimos al uso de los simuladores y de modelos animales.

Las desventajas de estudiar los problemas del corazón con simuladores es que cuentan con un tiempo de vida útil muy corto, que no pasa de algunas horas, por lo que le son imposibles imitar todas las estructuras individuales del corazón.

En cuando a los modelos animales, en los últimos años, se ha puesto en duda la ética de las y los expertos que hacen uno de órganos de animal, pues la intervención, manipulación, disección o alteración de sus funciones se realizan en especies vivas, lo que ha producido mucha controversia.

Entre otras dificultades es que, a pesar de que su uso es muy efectivo, resulta muy costosos y requieren de un trato prolongado, que podría entorpecer la inmediatez con que se necesita llevar a conclusiones médicas.

melc

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