Mel, como le gusta que le digan, llegó a Cannes desde Italia en donde trabaja con la productora llamada Indica, en el rodaje de un documental en Guatemala que ya lleva meses fotografiando.
Un proyecto complejo porque habla de las condiciones forestales en el Petén y de cómo después de muchas tribulaciones ha vuelto sostenible a un pueblo, pero contado desde una visión muy poética.
Siempre le gustó la foto. Desde pequeña era ella la encargada de hacer las instantáneas familiares.
La amistad jugó un papel importante en su carrera pues Kim Torres, la directora de Luz nocturna, es una costarricense con quien estudió en el CCC y entabló fuertes lazos.
Juntas comenzaron a hacer colaboraciones con ONG y, mientras Kim desarrollaba su primer largometraje, invitó a Mel a fotografiar un corto llamado Atrapaluz, que fue a Locarno y estuvo en el MoMA de Nueva York.
“Cuando terminamos ese proyecto fue cuando Kim me propuso viajar a Costa Rica y filmar ahí otra pieza que era una exploración sensorial de lo que nos gustaría experimentar atmosféricamente en la película que vamos a hacer el próximo año que se va a llamar Si no ardemos cómo iluminar la noche, explicó Melissa Nocetti acerca de cómo este cortometraje, que fue seleccionado por Cannes, surgió.
“Después lo cierto es que este corto cobró vida propia, cambió y vivió cosas súper diferentes pero hay que decir que todo empezó como un experimento”, enfatizó acerca del filme que nunca imaginaron llegaría tan lejos.
En un primer momento, fue inscrito para participar en la Quincena de los realizadores, sin embargo, cuando el Comité de selección de Cannes la vio, decidió que tenía que estar en la Sección Oficial, la más importante y en la que se inscriben miles de cortos cada año.
“Fue una sorpresa que no esperábamos. Es una noticia muy linda porque todas las exploraciones venían desde el lema de que lo importante es que todo lo que hiciéramos fuera guiado por la brújula de la intuición. Es algo muy libre que hicimos sin juzgar el proceso creativo así que el que pase esto es maravilloso”, remarcó Kim.
Luz nocturna es un retrato de la intimidad entre tres hermanos y cómo, a raíz de que la mamá los abandona, comparten espacios de soledad y todo el peso recae en la hermana mayor que tiene que decidir si decirles o no a los pequeños que la madre se fue. Fue filmado en Costa Rica.
Para Mel, “el ser fotógrafa es un privilegio. Me permite bucear en la cabeza de las demás personas, de los creadores y de sus historias”.
Su mayor aspiración es seguir haciendo colaboraciones con personas que tengan historias entrañables y estar abierta a vivir procesos donde somos vulnerables y que te invitan a ir más allá.